sábado, 30 de noviembre de 2024

Ensayos y artículos de reflexión 26

 

Ensayo o artículo de reflexión

La educación del cuerpo y su lugar en la escuela pública en Colombia y Argentina a finales del siglo XIX.


Claudia Carolina Cabrera Duque[1]


El cuerpo y su concepción en la educación pasó por periodos de reconocimiento y construcción, cada época determinaba la configuración de lo corporal según las necesidades sociales, culturales y políticas de determinados territorios; Colombia y Argentina son una muestra de ello. A finales del siglo XIX, la escuela pública[2] se constituye como el espacio donde se configurarían prácticas reguladoras para los niños con diferente posición social, con miras a la regeneración de la raza y la edificación de ciudadanos civilizados que aporten al futuro laboral de la nación. Es entonces cuando la escolarización para todos se convierte en un dispositivo para el cumplimiento de tales objetivos.

Este ensayo pretender hacer la distinción de la escuela pública y su lugar en la concepción de la educación del cuerpo, en Argentina y Colombia, con base a los textos “La función republicana de la escuela pública. La formación del ciudadano en Argentina a fines del siglo XIXde Lucía Lionetti y el libro “Escritos sobre el cuerpo en la escuela: Sujetos, prácticas corporales y saberes escolares en Colombia. Siglos XIX y XX” de Claudia Ximena Herrera y Bertha Nelly Buitrago.

En un ejercicio de caracterización del asunto del cuerpo y su educación, la escuela pública en Latinoamérica (para este caso en Colombia y Argentina) a finales del siglo XIX, se configura como un espacio donde se reestructurarían las formas de escolarización y la modelación de la infancia, con base en aspectos sociales, políticos, territoriales y culturales, que influirían en la educación de los niños que en aquella época consideraban débiles, incapaces. Aparece entonces la escolarización anclada a la modernidad como dispositivo productor de subjetividades (Herrera y Buitrago, 2012). Subjetividades que se percibirían en la concepción del cuerpo como maquinaria para la civilización y la modernidad. La utilidad del niño, enfocada desde la escuela y como se requería que fuese para todos, “para un bien mayor”[3] se vio en la necesidad, por supuesto, de la educación para todos.

En Argentina sucedía algo similar, en sus políticas se buscaba generar leyes y espacios donde se pudiese civilizar al ciudadano; véase acá la necesidad, de cierto modo, de un “mejoramiento de raza” gracias al nacionalismo que se respira por aquellas épocas. Se constituye entonces la consigna de que todos los ciudadanos posibles de ser civilizados debían asistir a estas escuelas públicas (Lionetti, 2005).

La tarea de civilizar al sujeto desde la infancia connotaba unas estructuras que se reflejaban en el cuerpo. En Colombia, la escuela pública se desarrolló en función de los planes de enseñanza liderados por el Colegio Seminario de San Francisco de Asís[4]; estos enmarcados bajo lo significativo del espacio y el tiempo escolar: espacios limpios y con horarios ordenados en el tiempo. Esto traería por supuesto el protagonismo del cuerpo ¿la postura podría ser entonces una representación simbólica de lo que se pretendía por ciudadano? En un intento de análisis de lo anterior, la postura en el aula, una postura erguida, firme y en atención constante, constituiría lo que el plan de enseñanza enmarcaba dentro del espacio escolar; mientras que ese espacio encerrado y habitado por un cuerpo, tampoco tendría relevancia si no estuviese ligado a un tiempo escolar, uno donde el horario, el calendario, el método, regularan los saberes que pasaban, inevitablemente, por lo corporal: la lectura, escritura, civilidad y, por supuesto, religiosidad (Herrera y Buitrago, 2012).

Por otro lado, en Argentina, se evidencia una preocupación mayor por incorporar el espacio abierto sociocultural de la cotidianidad de las calles de la ciudad, con el espacio cerrado de la escuela, que, aunque cerrado, pretendía ser abierto a todos, pues lo manifestado por la mayoría de las habitantes y gobernantes, se encauzaba a la reestructuración de la ciudadanía, en tanto inseguridad e inutilidad. Es por eso por lo que, en un congreso pedagógico panamericano, llevado a cabo en 1882, se establecen unos artículos en los que se acuerdan contenidos principales de enseñanza en el aula con el fin de una formación moral, física e intelectual. Contenidos que resaltan para el interés de este escrito: nociones de higiene, nociones de música vocal, gimnástica, el conocimiento de labores manuales y domésticas para las niñas y para los niños ejercicios militares y conocimiento de labores pesadas.

En tanto a nociones de higiene, se pretendía educar en el cuidado del entorno y, por ende, del cuerpo, pues además de una preocupación desde lo salubre, los sujetos de la política consideraban que estos niños y familias tenían más oportunidades para aportar al desarrollo de la nación; con afirmaciones como “si el aseo y el amor al orden asientan tan bien a los niños de padres ricos, ¿cuánto más no brillarán en las de condición humilde?” (Lionetti: 2005). La higiene aseguraba el lugar del niño en la escuela, pues sin un certificado de salud, este no podía hacer parte de este espacio, que como ya se ha mencionado, buscaba reflejar el ideal de nación y civilización de la Argentina del siglo XIX.

Es llamativo el punto de nociones de música vocal, pues no es poca cosa ni apartada de la búsqueda de estos prototipos. La música vocal de aquella época requería de una postura estática, erguida para la técnica vocal lírica europea que se empleaba con mayor auge entonces. Esto generaba una quietud que a su vez resultaba estética y cumplía con los acuerdos de higiene en la escuela. En cambio, la gimnástica enfocada en la función mecánica del cuerpo, el movimiento como forma vital y también de prevención de enfermedades, se sumaba, por supuesto, al plan de nociones de higiene y cuidado del cuerpo y la mente. Ciudadanos fuertes y aparentemente sanos, respondían a la urgencia de civilización moderna. Esto dice Lionetti, sobre el asunto de la gimnasia en la escuela pública de la Argentina de 1880,

«Las nuevas corrientes de la “gimnasia moderna”, superadoras de la concepción de una “escuela del soldado”, consiguieron que primara una gimnasia donde se robusteciera física y psíquicamente a los alumnos, aunque la impronta de lo militar como modelo de organización en la configuración de la educación física que se práctica en las escuelas se mantendrá hasta nuestros días» (Lionetti: 2005, p. 1244).

Esto evidencia también la correlación de la educación del cuerpo y la práctica del deporte, en tanto delimitación de espacio, reglas, límites, el orden y sobre todo la disciplina y la obediencia. La fuerza que se desarrollaba en conjunto con la camaradería era la unión perfecta para consolidar los fines del cuerpo fuerte y útil del niño y del futuro hombre ciudadano.

Para dar continuidad con la importancia del tiempo y los espacios, las tareas también respondían a una distinción social y de utilidad. El trabajo manual y conocimiento de labores domésticas, resultaba ser obligatorio dentro de los acuerdos que se habían establecido en el congreso. Sin embargo, esto no sucedía solo en Argentina; en Colombia se inscribía a la niña en el lugar del hogar, pues si el interior de este resultaba agradable, asimismo lo sería la familia. En contextos externos a la casa, el modernismo insistía con su afán de regeneración de razas y la educación doméstica, enseñada en la escuela a las niñas. Con ello se fomentaría la apropiación de los saberes allí dictados en función de lo que “estaban llamadas a ser”. El espacio y el tiempo del que se habló al inicio correspondía a su formación; los jardines y campos de juego, estaban discriminados de tal forma que permitían construir la niña de la escuela y en un futuro, la mujer del hogar moderno (Herrera y Buitrago, 2012).

En cuanto a los niños, se enfatizaba en la importancia del trabajo, en su papel como ciudadano, de esta manera crecería la nación. Así lo enuncian Herrera y Buitrago. 

El hábito del trabajo se desarrollaba desde las tres potencias que se integraban en el individuo a través de la educación. Todas y cada una de ellas, al igual que todos y cada uno de los agentes educativos, tanto en la escuela como fuera de ella, atendían a un solo principio: el hombre debe ser buen trabajador, útil, con una reducida pero suficiente instrucción y moralmente apto para formar parte de la patria, de la patria futura (Herrera y Buitrago, 2012, p. 87).

 En Argentina no difería mucho, pues el trabajo como preparación para el futuro económico y social del ciudadano, se convirtió en una consigna para el propósito de vida de los niños hombres. Mientras en los niños, la escuela era un espacio donde desarrollaban su fuerza, para las niñas resultaba ser un espacio de consolidación de su misión en la sociedad. Ambos en función de la modernidad que la nación aclamaba. Resulta interesante el manejo político que argumentaba la escolarización de la época en ambos países, pues a pesar de declarar una escuela pública para todos, los movimientos e intereses internos que allí confluían connotaban una clara imposición de orden, de graduación, Asimismo, esos cuerpos ocupaban, en ese tiempo, no sólo cronológico, sino lógico, un espacio.

Las prácticas reguladoras en función de la formación de los sujetos de Argentina y Colombia a finales del siglo XIX demuestran un contundente efecto en los cuerpos de los sujetos que habitaron tales espacios. El arte, el movimiento, el juego y los oficios constituyen toda una estructura de dispositivos pedagógicos de la época que, sin duda, modificaron entonces aquellas funciones e interés civiles, generando no solo unos fenómenos sociales y políticos de reestructuración ciudadana, sino también posiciones necesarias para poder concebir el cuerpo como instrumento imprescindible para la comprensión de la modernidad de la época.

 

Referencias

Herrera Beltrán, C. X. y Buitrago, N. (2012). Escritos sobre el cuerpo en la escuela: Sujetos, prácticas corporales y saberes escolares en Colombia. Siglos XIX y XX.  Bogotá: Kimpres Ltda.

Lionetti, L. (2005). La función republicana de la escuela pública. La formación del ciudadano en Argentina a fines del siglo XIX. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 10(27), 1225-1255.



[1] Estudiante de Maestría en Educación – Universidad Pedagógica Nacional

Seminario Intensivo – Historia de la salud escolar: El caso de Argentina y Colombia

[2] Que ya se había conformado desde el siglo XVI para la clase ruda en Europa (Herrera y Buitrago, 2012)

[3] Como lo enuncia el utilitarismo.

[4] Fundado en 1662 por la Diócesis de Popayán (Colombia) funcionando hasta el año 1858 por la expulsión de los Jesuitas bajo el gobierno de José Hilario López.

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