Reseña
El sujeto y el poder en Michel Foucault[1]
Angie Caterine Mendoza Bucurú[2]
En el marco del seminario específico títulado: “Sujeto y poder en Foucault” impartido por la profesora Ximena Herrera en el primer semestre del 2019, leímos el texto “El sujeto y el poder”. Escrito por Michel Foucault y publicado en 1991 en Bogotá por Ediciones Carpe Diem, que me permito reseñar a continuación.
El texto en cuestión es un escrito corto del pensador francés Michel Foucault no por ello de menor relevancia entre su obra, conteniendo ideas potentes sobre la configuración de los sujetos en las relaciones de poder. Pese a su profundidad, el texto no representa “una teoría ni una metodología” (pág. 51) sobre el poder, sino un conjunto de ideas, argumentos y cuestionamientos sobre la manera en que las acciones de conducción y gobierno tensionan los procesos de subjetivación y sujeción. De esta manera, es la pregunta por el sujeto la que conduce a Foucault por los caminos difusos del poder, ya que afirma la falta de instrumentos de estudio adecuados para pensarlo.
La reflexión sobre el poder debe partir, según el autor, de la pregunta por el cómo y no por el qué del poder. Este enfoque es justificado para centrar la mirada en la forma en que opera el poder, siendo las luchas, tensiones, pugnas y fuerzas las relaciones a abordar. Lo anterior, implica alejarse de la tendencia a racionalizar los excesos de poder, ejercicio que visibiliza a los grupos inocentes y culpables. Foucault nos enseña que el poder no se puede categorizar moralmente como algo malo o bueno en sí mismo, logrando prevenirnos de las concepciones religiosas que señalan su carácter perverso.
Al momento de conceptualizar el poder, el autor no dice que el ejercicio del poder consiste en conducir las acciones de los otros, pues este surge en las relaciones entre los sujetos, por ello “el ejercicio del poder… es una estructura total de acciones llevada a actuar sobre acciones posibles; incita, induce, seduce, vuelve más fácil o más difícil” (Foucault M. , 1991, pág. 85) . Sin embargo, ese actuar sobre las acciones posibles no puede darse sin que se identifique un sujeto actuante, es decir, un sujeto libre que tenga varias posibilidades de acción, pues “el poder se ejerce solo sobre sujetos libres, y solamente en la medida que ellos son libres” (pág. 89) .
Lo anterior supone un cuestionamiento y diferenciación de las relaciones de dominación y de poder. El poder es un ejercicio basado en seducir e inducir las acciones del sujeto, estando más ligado al “gobierno de los hombres por otros hombres” (pág. 92) , mientras que la dominación supone un conjunto de luchas entre grupos étnicos o clases sociales antagónicas, en donde los sectores privilegiados consolidan una estructura de control de la sociedad. En palabras de Foucault: “la dominación es una estructura global de poder cuyas ramificaciones y consecuencias pueden encontrarse a veces hasta en la trama más tenue de la sociedad; pero es al mismo tiempo una situación estratégica más o menos adquirida y solidificada en un enfrentamiento de largo alcance histórico entre adversarios” (pág. 102) .
Al momento de analizar el poder, el autor sugiere observar las relaciones de poder en el sistema de redes sociales y no solo en las instituciones “políticas”. Esta postura mueve la concepción de las instituciones como aquellas poseedoras del poder, señalando como surge en las relaciones. Por esta vía se llega a la conclusión de que, “las relaciones de poder están profundamente arraigadas en el nexo social, no reconstruidas “sobre” la sociedad” (pág. 92) .
Adicionalmente, el texto nos indica que las relaciones de poder implican al menos una estrategia de lucha en donde cada una constituye para la otra un límite permanente. Hablar de estrategias es hablar de confrontación, pues como lo menciona Foucault, la estrategia se sintetizan en “situaciones de confrontación -guerra o juegos- donde el objetivo es el de actuar sobre un adversario en tal forma que la lucha, se vuelva imposible para el” (pág. 91) . Esto quiere decir que el análisis de la estrategia nos lleva a revisar las luchas o resistencias ya que estas nos permiten ver las relaciones que se establecen, su configuración y lo que sucede a partir de ellas. Por ende, se hace necesario reconocer las luchas para entender el poder, el cual puede llegar a ser una confrontación entre adversarios utilizando estrategias que se puedan constituir como victoriosas. Es así, como las estrategias son los medios por los que opera efectivamente el poder y constituye modos de acción sobre una acción posible de otros (pág. 100) , es decir, la estrategia coloca un límite al poder pues cada una tiene su especificidad.
A modo de cierre, es importante resaltar el papel incitador del libro. Su contenido permite al lector acercarse al proyecto teórico de Foucault, motivando su curiosidad para acceder a otras obras, puesto que pese a su riqueza algunos conceptos claves como el gobierno y las disciplinas son poco abordados y profundizados, aunque son objeto de otros escritos. Para nuestro caso la teoría acerca del ejercicio del poder y el papel de los sujetos en tanto sujetos libres, así como su configuración en el marco de tales relaciones, resulta de vital importancia conocer y estudiar.
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