domingo, 11 de diciembre de 2022

Ensayos y artículos de reflexión 16

 

Ensayo o artículo de reflexión

 

GENEALOGÍA DE LAS PRÁCTICAS ALIMENTARIAS

Paola Andrea Roa García[1]

 

Resumen

A partir de la mirada a las prácticas alimentarías en el Seminario “Prácticas de Gobierno en la Escuela: de los Restaurantes Escolares a los Comedores Comunitarios”, la autora retoma la publicación mensual Repertorio de Medicina y Cirugía en el ejercicio metodológico planteado en el seminario ¨Genealogía de la Alimentación en las relaciones Infancia y Escuela¨, para mostrar algunas prácticas alimentarías que a través de distintas estrategias, se constituyen en formas de gobierno de la población., Este escrito muestra algunos elementos que visibilizan ciertas fuerzas de saber y de poder relacionadas con dichas prácticas y que se constituyen en condiciones de posibilidad de subjetivación en la primera mitad del siglo XX en Colombia.

Palabras clave: Alimentación, higiene, medicina, escuela.

Introducción

Para hacer una mirada a las prácticas alimentarias, se conformó un archivo de fuentes primarias constituido por 48 números de la Revista Repertorio de Medicina y Cirugía publicados entre 1909 y 1913. Estos fueron tematizados, y leídos hipertextualmente a través de la construcción de una matriz que posibilitó sugerir una posible ruta de relaciones que se desarrolla en tres apartados. Esto a través de una propuesta histórica que lejos de establecer líneas de tiempo, consiste en localizar la singularidad de los acontecimientos, en oponerse a las indefinidas teleologías y significados, así como a la búsqueda del origen, pues el objeto no es comprobar la existencia de lo ya dicho, las “solemnidades del origen (Foucault, 2004:19)”, es referirse a lo no dicho, por ello no se constituye en construir la verdad, ni el principio de la misma, sino en visibilizar la emergencia, los puntos de encuentro de fuerzas que constituyen acontecimientos. Es así que, no se pretende establecer relaciones causa – efecto, ni mucho menos su continuidad, sino visibilizar su discontinuidad y recurrencia. Se propone extraer, registrar y describir los enunciados que ha puesto en juego la cultura, sin recurrir a nociones como las de tradición, influencia, causalidad o mentalidad.

La mirada se centra en los discursos y prácticas relacionados con las formas de saber, cómo emergen, las fuerzas que las condicionan y los sujetos como fuerza singular de generación, mantenimiento o transformación de tales prácticas; por tanto, es un cuestionamiento alrededor de cómo se constituye la verdad, los saberes, las formas morales y su permanencia en las prácticas alimentarías y su relación con las prácticas educativas.

La historia, de este modo se constituye en condición de posibilidad de tomar distancia de la inmediatez, interrogar los discursos y prácticas aprendidos. La pedagogía como el saber propio del maestro que supera el acontecer y las disciplinas y, se asume como el lugar de las elaboraciones, donde convergen discursos de distinta índole, donde la ética como mirada de sí, posibilita la transformación del afuera, es decir, pensar de otros modos, lo instituido. Se reconoce entonces la práctica pedagógica como una pregunta por la enseñanza, es decir por el acontecimiento de pensar, y el pensamiento como forma de mirarse a sí mismo y re-inventarse, desde una postura ética y política.

Esta mirada al Repertorio de Medicina y Cirugía ha posibilitado sugerir en dos, de los siguientes apartados, que las prácticas relacionadas con la alimentación en la primera mitad del siglo XX en Colombia, se relacionan con fuerzas provenientes de la modernidad, que a propósito de la enfermedad, la raza, el niño, posibilitan a través de formas como la higiene, la estadística, la fisiología, constituir la verdad acerca de lo que debe instruirse sobre la alimentación, los alimentos, la digestión, que configuran fuerzas alrededor de relaciones madre e hijo, estado – población, escuela – maestro – infancia, entre otras, constituyéndose en formas de subjetivación.

El Repertorio de Medicina y Cirugía como práctica.

La publicación mensual Repertorio de Medicina y Cirugía presentó su primer número el 15 de octubre de 1909 manteniéndose hasta la actualidad. En esta amplia trayectoria ha tenido dos recesos, el primero entre 1925 y 1940 y el segundo entre 1951 y 2000. Los ejemplares se encuentran en la Biblioteca Luis Ángel Arango donde se pueden consultar los números organizados por volúmenes, para este ejercicio se revisaron 48 números publicados entre 1909 y 1913.

La publicación fue creada con el objeto de resolver el problema higiénico y favorecer el porvenir de la raza. Para ello, se asume que el cuerpo médico es un factor importante en el desarrollo moral y material del país, donde se reconoce el médico como un hombre ilustrado que tiene por meta el engrandecimiento de la patria:

¨El cuerpo médico nacional es sin duda alguna un factor importantísimo en el desarrollo moral y material del país; cada uno de sus miembros es un hombre ilustrado, patriota y abnegado, que tiene por meta el alivio y el engrandecimiento de la patria. Hacer la unión entre ellos, para que su acción conjunta pese en todo y valer en la solución de las cuestiones sociales que están por resolverse, estudiar las varias entidades morbosas que están aún por clasificar en estos países tropicales, tratar de aprovechar tantos y tantos medios curativos con que la naturaleza ha dotado nuestro suelo, resolver el problema higiénico de nuestras costas calientes, luchar contra la tuberculosis, la lepra, el alcoholismo y la sífilis que amenazan el provenir de nuestra raza, son los móviles que en nosotros han influido para acometer tan ardua empresa[2]¨

Dado su objeto, en la publicación escriben principalmente médicos que se desempeñan como rectores de Facultades de ciencias naturales y medicina, profesores  en áreas como clínica general, histología, ginecología, fisiología e higiene, obstetricia,  cirugía, miembros de la academia nacional de medicina, el director del laboratorio municipal de Bogotá, entre otros: “El repertorio ha publicado extractos de las mejores tesis de la facultad de medicina y ha analizado y planteado la mayor parte de nuestros grandes problemas higiénicos, de los cuales, gracias quizás a nuestro esfuerzo, algunos se han resuelto y otros están en vía de resolverse”[3]

Los médicos son considerados hombres de ciencia con amplia relevancia en la solución de los problemas higiénicos del país, lo cual le da relevancia a la publicación “El suero ideado por este ilustre hombre de ciencia ha dado en muchos casos resultados muy favorables” [4] y pertinencia en la mirada genealógica a las prácticas relacionadas con la alimentación.

A partir de la tematización realizada, la matriz construida y la lectura hipertextual a continuación se presentan las tendencias de publicación del Repertorio Medicina y Cirugía en el periodo revisado teniendo en cuenta las categorías encontradas en la mirada realizada en el seminario:

1. Saber y poder: las prácticas alimentarias en la primera mitad del siglo XX.

“Hacer más habitable un país, procurar el mejoramiento de la raza, vigilar que se observen los preceptos de la higiene pública y privada y combatir las enfermedades predominantes sin descanso, es hacer patria”[5].

En este apartado se muestran los discursos que emergen en la primera mitad del siglo XX relacionados con la alimentación y las prácticas que a partir de estos se sugieren, pero al mismo tiempo como estas prácticas constituyen los discursos que circulan en este periodo en Colombia. Se desarrollan tres categorías que posibilitan mostrar las superficies de emergencia de tales discursos, así como sugerir ciertas sospechas alrededor de la legitimación de la verdad con relación a las prácticas alimentarías en el periodo en mención. Veamos lo que muestra el archivo:

-                Las enfermedades de la nutrición y la alteración de los alimentos.  

El archivo muestra varios elementos en torno a las enfermedades de la nutrición, se destacará como uno de estos “la lucha contra la mortalidad infantil” que señala la “protección del niño” como una de las principales causas de preocupación por la “despoblación de las grandes ciudades”; es decir, la muerte del niño se relaciona con la alimentación, y el estado de los alimentos en términos de impuros, infectados o alterados. En medio de estos elementos se resalta el gran valor de los trabajos estadísticos, que para la época son herramientas que ofrecen inspiración, acciones, prácticas en y para la población ¨Las estadísticas llevadas a cabo por la sección de higiene de Bogotá, en los últimos cinco años, arrojan una mortalidad infantil igual o mayor a la de las ciudades más populosas del mundo[6]¨.

En cuanto a la alimentación se resalta el valor nutricional de la leche, y el hecho mismo del amamantamiento ¨Los médicos, y sobre todo los especialistas en enfermedades de niños, observan diariamente que aquellos que ha sido criados con el pecho, resisten en mejores condiciones las enfermedades propias de la infancia[7]¨.

La leche que se constituyó en la base de la alimentación en la infancia incluye prácticas como cantidades, frecuencias y su procesamiento en términos de esterilización y pasteurización ¨Esta niña empezó a sufrir perturbaciones digestivas desde la edad de diez meses, lo que fue atribuido a las grandes cantidades de leche que la niñera daba ha intervalos muy cortos[8]¨.

Otro aspecto que se permite relacionar con las enfermedades de la alimentación, atendiendo a los documentos revisados, es la pobreza, situación que inspira la necesidad de instituciones que ponen en marcha buenas y trascendentales obras, en este sentido adquiere vital importancia la presencia del higienista y el médico.

¨Nómbrese por elección una comisión compuesta de dos miembros de la Academia para que elabore, para la próxima sesión un proyecto de ley y un memorial sobre higiene y salubridad, para hacerlo llegar a la Cámara de Representantes[9]¨.

¨La Junta Central de Higiene fue creada por la ley 30 de 1886, de 20 de octubre, y desde esa fecha hasta mediados del año próximo pasado venía prestando su contingente en la solución de los gravísimos problemas de higiene pública e internacional que tiene Colombia planteados[10]¨.

¨La oficina de Higiene y Salubridad de esta ciudad, manifestó el deseo de que se le diera a dicha oficina todo el apoyo que fuera necesario, supuesto que hasta ahora era la primera vez que se estaban poniendo en práctica las disposiciones sanitarias usadas en otros países. Cuando se fundó el Distrito Capital quedó instalada bajo la Gobernación del doctor don Jorge Vélez la Dirección de Higiene y Salubridad, quien le prestó en su organización todo el apoyo que necesitaba[11]¨

La pobreza se relaciona con prácticas de higiene inadecuadas, y en consecuencia la mortalidad ¨Nosotros hemos hallado frecuentemente tanto en los niños pobres como en los acomodados, pero si es muy natural que el parásito abunde más entre los descuidados que entre nosotros[12]¨.

-                La alimentación obedece a principios biológicos: La fisiología y la química de los alimentos.

Desde comienzos del siglo XX se hace notorio el discurso de la modernidad, donde el conocimiento científico se constituye en una de las fuerzas que condicionan lo que se debe saber y hacer sobre sí mismo ¨ Ayudar a los esfuerzos de la naturaleza para conseguir este fin determinado, con el concurso de la acción especial de la física, la química, la fisiología y aun de la psicología, es el papel del médico[13]¨ es así como, desde tales conocimientos que son válidados por su carácter demostrativo, se le da mayor fuerza a la preocupación por los alimentos y su composición ¨Para propinar el remedio aconsejamos que nuestros enfermos tomen la vispera alimentos que dejen poco residuo y que por la tarde tomen un purgante salino ya de magnesia o cremor[14]¨.  De este modo, los procedimientos de la ciencia moderna señalan los alimentos más apropiados debido a las cantidades que contengan de sustancias que se han mostrado como necesarias para ciertos procesos fisiológicos.

Así, el conocimiento proveniente de la fisiología y la química, y su cualidad de demostración las constituyen en fuerzas de incitación que posibilitan señalar las conductas adecuadas que a través de ciertas prácticas alimentarías como la lactancia materna, posibilitan establecer las formas de relación deseadas, para el caso la relación madre – hijo y subrayar la importancia que el niño cobra para este periodo.

"La biología está en el dominio de la alimentación del niño, bajo muchos puntos de vista, en oposición abierta en la química aplicada y por consiguiente con la alimentación artificial, pues los datos biológicos nos indican que no se llegará jamás a realizar un equivalente de la leche de la mujer[15]".

La fisiología permite validar la verdad acerca del alimento natural, pues para el caso de la leche, ésta proviene de la madre, lo cual sugiere cierta relación con la economía, al tiempo que se muestra que es más adecuada para el desarrollo del niño. De este modo, el gobierno de la población consiste en poner en relación distintas formas de verdad, para el caso la necesidad de una adecuada alimentación y la economía doméstica ¨Teniendo como base esencial el que la alimentación natural no sólo es la que da un mejor rendimiento fisiológico, sino la que es más barata, podría comprársele al niño, no, la leche de vaca, sino la de su misma madre con un subsidio en dinero o trabajo (Camacho, 1939)¨.

Al parecer la biología en la primera mitad del siglo XX obedece al discurso fisiológico y químico donde los procesos acatan perspectivas mecanicistas que muestran funcionamientos inmutables. Así, se sugiere una perspectiva de cuerpo relacionada con la máquina, que puede y debe ser reparada además donde los procesos son naturales. Es allí, donde la ciencia moderna se constituye en forma de validar la noción de ¨lo natural¨, lo cual sugiere cierta subordinación del sujeto frente a su propio cuerpo, lo que debe hacer y saber sobre él, y de este modo frente a las formas de verdad validadas para ello, para el caso, la fisiología y la química.

El discurso proveniente de la biología, entendido como fisiología y química, controlado y puesto en funcionamiento desde las prácticas médicas pone a circular ciertas fuerzas como el diagnostico, el peso, la enfermedad, que posibilitan a través de las prácticas alimentarías controlar la población.

Es así como las prácticas alimentarías se constituyen desde fuerzas convergentes que cobran mayor intensidad, dado que van directamente sobre el control de los sujetos. De este modo, el discurso científico de la época posibilita validar la preocupación por la enfermedad, la alimentación, el niño y la necesidad de educar en prácticas que favorezcan las verdades constituidas desde y para estas, ¨El régimen alimenticio confirma un modo de pensar¨ (Vigarello).

-                Los pobres, la raza y la alimentación.

Durante la primera mitad del siglo XX, se lleva a cabo un proceso modernizador en el país, a propósito de las rejillas de “apropiación de lo moderno”, que autores como Sáenz, Saldarriaga y Ospina (1997), entienden como “aquellos filtros estratégicos de naturaleza política, religiosa y filosófica”, uno de los elementos que se enuncia es una creciente desconfianza en el pueblo, ello quiere decir, que  los discursos que emergían en el período daban cuenta de una mirada sobre “el pueblo” como enfermo. Por supuesto, no se pueden separar de la idea de una raza degenerada; así, las discusiones más enconadas en el país daban cuenta de representaciones como la de Miguel Jiménez López quien bajo excusa de investigaciones, promulgaba en 1920 un discurso de degeneración racial, el cual se usaba para designar a toda la población pobre en general. “…nuestro país presenta signos indudables de una degeneración colectiva; degeneración física, intelectual y moral” (Jiménez López, 1920).

De este modo, el pueblo se enunciaba como una población que “apesta” (Noguera, 2003) dadas las numerosas epidemias de gripe, entre otras, que se vivieron en el país y que evidenciaban una ciudad que “apestaba”, que no se encontraba en las condiciones higiénicas deseables y que además no contaba, a principios del siglo XX, con una infraestructura de asistencia social, a su vez, no tenía ubicación geográfica favorable para el progreso de la nación, así como para procesos como el de nutrición:

¨Pero, en fin, poco a poco, si todos los que ejercemos en climas ardientes ponemos la atención en la tricocefaliasis, no está lejano el día que se aclare completamente esta importantísima cuestión de patología tropical[16]¨.

 Sin embargo, si bien Jiménez López promulgaba un discurso casi apocalíptico a propósito de la situación del pueblo colombiano, en el que la miseria, la mala educación, el desorden, entre otros vicios, habían llevado a tal situación a nuestro país, para lo cual intelectuales como Jiménez López o López de Mesa, no veían otra solución que un cierto proceso de inmigración de pueblos que aportaran en términos biológicos a las deficiencias de nuestra población.

¨La chicha es una bebida del pueblo rechazada por las clases superiores de las ciudades: pero en el pueblo la consumen los hombres, las mujeres y los jóvenes, y en las poblaciones pequeñas su consumo es general en todas las clases sociales[17]¨

Se generaron una serie de acciones educativas, dirigidas a distintos sectores de la población, así como el fomento de prácticas diversas en la familia, escuela y la sociedad en general, promulgadas desde el púlpito del médico, el intelectual privilegiado para esta acción. Quien sugería ciertas acciones sin necesidad de ingresar al hogar o escuela, la madre y el maestro, serían sus ojos y manos en los diferentes espacios.

Se interviene así la vida misma, aquello que puede denominarse como biopolítica. Una nueva forma de ejercer el poder, en el que la vida ingresa en los dominios de los cálculos explícitos y el saber – poder se transforma en agente de cambio de la vida humana, designa entonces: “una estrategia que requirió para su funcionamiento social, unos saberes (la medicina, la higiene, la biología) y unas prácticas sociales (medicalización, higienización de la población)” (Noguera, 2003:32).

Se educa en una serie de ritos, hábitos y formas de hacer de la vida no solo un ejercicio higiénico, a la vez, expuesto a la posibilidad de la medición, clasificación, observación, en síntesis, control.  "…que no importa obtener vidas enfermizas e inútiles sino lograr buenas y útiles existencias, y para conseguir este fin deben establecerse reglas del modo del buen vivir." (Rojas, 1918).

La alimentación, uno de los ritos más importantes de las culturas, tendría referencias en la nuestra, en asuntos como:

¨Las experiencias clínicas han demostrado que la emulsión de scott aumenta en los enfermos su poder asimilativo, estimula su apetito, y los pone en condiciones para poder ingerir y asimilar los alimentos ordinarios, manteniendo el balance fisiológico de una nutrición sana, por lo cual es considerada el más completo y mejor de los alimentos de ahorro [18]¨.

No pueden obviarse las distinciones que, en este sentido, se realizaban, entre las distintas clases sociales, ya que aparentemente sus condiciones por lo menos higiénicas eran distintas, a propósito de la Alimentación, éstas se hacían evidentes, ya que era muestra de ello, las diferencias en los ejercicios de clasificación, termómetro de medida tanto de degeneración, como de clase.

¨Las afecciones de las vías digestivas apuntadas en la lista anterior son únicamente debidas a la alimentación mal preparada y a veces escasa que se da a los trabajadores, a pesar de los esfuerzos que por mejorarla hace diariamente la administración [19]¨.

Son éstas de manera somera, algunas de las luchas de saber y poder, que se hacen visibles en el período de estudio, entrecruzándose y haciendo inevitable la conjunción, entre uno y otro asunto, es así como confluyen situaciones climáticas, de condiciones económicas y de clase, pensadas desde la medicina, la higiene, entre otros saberes.  Se hace inevitable, tratar estos aspectos, su emergencia, enunciación y disputas, si se remiten a preguntas frente a la alimentación, en tanto como se ha visto, el espectro de análisis es antes que reductible bastante amplio y, relaciona de manera impredecible higiene, comida, emoción, nutrición, descanso, entre otros tantos elementos. 


2. LAS PRÁCTICAS EDUCATIVAS Y LAS PRÁCTICAS ALIMENTARIAS COMO FORMA DE SUBJETIVACION. La infancia, la escuela y el gobierno de la población en la primera mitad del siglo XX. 

¨Esta señora concurrió al tercer congreso internacional de Higiene escolar reunido en Paris últimamente y allí expuso sus ideas sobre tan interesante tema, logrando que el congreso pleno adoptara ciertas medidas sobre la enseñanza práctica de estas cuestiones en las escuelas [20]¨.

En este segundo apartado, se propone evidenciar algunos de los elementos que constituyeron procesos de subjetivación en sujetos como la madre, el niño, el obrero y el escolar, a través de prácticas educativas escolares y en general sociales, que son mediadas por la alimentación, los discursos y prácticas propuestos bajo este enunciado.

-                El niño y la madre

Los procesos de subjetivación, valga decir, aquellas prácticas y discursos que circunscriben las formas de encuentro del sujeto consigo mismo, encuentran relación con la alimentación, en dos figuras privilegiadas, la madre y el niño. Por una parte, mediadas a través de la emergencia de una figura materna culpabilizada de la situación del niño:

¨Las Gotas de leche son establecimientos que nacieron en Francia, no han pasado muchos años, y que debido a sus benéficos resultados existen hoy no sólo en Europa sino en todos los países de la América Latina. Estos establecimientos son sostenidos por el Estado o sostenidos por la caridad pública. Son destinados a guiar o dirigir la crianza de los niños pobres, salen enfermos, desde su nacimiento hasta los dos años de edad. Son verdaderas escuelas para las madres, en donde se les enseña ante todo la superioridad de la lactancia materna sobre cualquier otra alimentación, y se les inculcan las primeras reglas de higiene que han menester conocer para llegar al feliz término de crianza de sus hijos [21]¨. 

Es así como se requiere que las madres se preparen en lo concerniente al manejo higiénico de sus hijos, situando allí la alimentación como uno de los asuntos centrales, ya que la alimentación del niño sería una de las tareas de una verdadera “madre”. Bajo este pretexto, emergen Casas de Protección a la Infancia, la fundación de la Gota de Leche, Salas Cuna, Centros de educación dirigidos a las madres, Dispensarios, manuales de puericultura, entre otras estrategias que tenían como fin, educar a la Madre, en lo referente a la higiene en la alimentación de sus hijos.

Los trabajos estadísticos (…) inspiraron a los higienistas extranjeros la fundación de la Gota de Leche, a fin de aminorar la mortalidad infantil, una de las principales causas que motivaron y que motivan la despoblación de las grandes ciudades” (Rojas, 1918).

Estos elementos por si solos implican ya una serie de prácticas y discursos, pero circulando articulados a aquellos de la higiene, la raza, la idea de un niño como futuro de la nación, la medicina como eje, entre otros elementos, tienen múltiples sentidos y posibilidades de enunciación y de generación de prácticas. 

-                El obrero. 

¨Y como la casi totalidad de las víctimas pertenecen a la clase obrera, y se debe, en su mayor parte, a la falta de conocimiento de ciertas nociones de profilaxis [22]¨

El obrero está relacionado con las clases pobres, en tanto su técnica culinaria fue calificada como limitada, atendiendo a las formas de preparación de los alimentos: “sopas y mazamorras”. Se señala la gran cantidad de carnes, panes, granos en comparación con la ingesta casi insignificante de legumbres y frutas. El texto de Francisco Socarrás (1939) muestra un interesante análisis en torno a los hábitos alimenticios de la clase obrera, “escudriñando la historia”. En dicho análisis relaciona los problemas de nutrición de esta población y lo sucedido en la conquista y colonización, describe que, aunque la alimentación de los chibchas era abundante y diversa (la clase obrera descendería de los indígenas), en la colonia, el trato injusto al indio originaría la reducción de sus posibilidades alimenticias, en términos de sistemas de producción y distribución de los alimentos. Este autor resalta las formas de gobierno de la época y la miseria de la población, en contraposición con las riquezas naturales del territorio; así mismo, muestra la relación entre la situación de acceso a los campos y el comercio de los alimentos referente a su precio.

Acerca de la chicha, se menciona en los documentos que esta bebida en la época de los años 30, fue el recurso nutritivo más importante del obrero en tiempos de carestía.

¨El alcoholismo y la tuberculosis van de la mano diezmando la humanidad y degenerando las razas… y si esto se dice de las bebidas alcohólicas en general, qué no podrá decirse de la chicha, la bebida favorita de nuestro pueblo, que, además del alcohol, contiene otras toxinas o venenos que unen su acción a la de aquel para debilitar el organismo[23]¨

En los análisis de la época, se relaciona el salario con la alimentación: “A bajos salarios corresponde, como es natural, mala alimentación”, a tal problemática se sumó otra y es la formación del consumidor, como preocupación por la población hambrienta.

-                La educación y la escuela: los métodos modernos de instrucción, los espacios escasos, los tiempos necesarios, la importancia de la educación física y el régimen alimenticio apropiado.

¨El estudiante colombiano cambia de maneras tan general la condición de su vida en los internados y pensiones, que la influencia del nuevo régimen se hace sentir en todo el organismo. De la vida al aire libre pasa al confinamiento en locales de luz y ventilación deficiente y la imaginación que sólo trabajaba en lo que la directa observación de la naturaleza pudiera sugerirle, se reduce de pronto a estudios abstractos a los cuales se entrega muchas veces por el temor o la obligación[24]¨

Dentro de los discursos relacionados con la educación cobra gran importancia la higiene como fuerza que pone en marcha una serie de prácticas y discursos que posibilitan el control de los cuerpos y los sujetos ¨ Toda la higiene alimenticia se contiene en esta simple formula: digerir bien, es siempre haber comido bien (El maestro de escuela, 1899)¨. Es así como el discurso higienico también permea la prácticas alimentarias y los maestros deben instruir en torno a ellas. Aunque con el transcurso del tiempo se pondrá en cuestion ello y se sugerirá la necesidad de educar al maestro:

¨Una vez por mes el maestro dictará una conferencia sobre los siguientes puntos: la anemia es producida por un gusano, huésped del intestino humano. Allí vive y da nacimiento a millares de huevos que arrastrados por las materias fecales salen al exterior... dirán a sus padres que los lleven al consultorio vecino para ser tratados en caso de infección…. Nunca harán exploraciones en los pantanos, aguas corrompidas o detenidas…. Al tomar los alimentos siempre tendrán las manos limpias... finalmente se indicará el provechoso uso del calzado… [25]¨

De esta manera, se encuentra en la escuela y en las prácticas educativas, uno de los escenarios que posibilita la educación en la higiene alimenticia

¨En las escuelas habrá excusados y de igual manera que allí se enseñan los palotes, las primeras letras y los buenos modales, los maestros están en la necesidad de habituarlos a su uso. Y para que se acostumbren al aseo, será obligatorio el lavado de manos por lo menos tres veces mientras están en el recinto de la escuela[26]¨

La promoción del hombre sano, y la resolución a todos los problemas en torno a ello, encuentran en la educación física, una de las formas de luchar contra éstos:

¨La educación física de la infancia y de la juventud ha sido una preocupación constante de las sociedades desde los tiempos más remotos; en la actualidad es un asunto que preocupa las actividades de gran número de sabios y de corporaciones científicas, y a él están consagradas infinidad de revistas y publicaciones de todo género en la mayor parte de países civilizados[27]¨.

Sugerir la educación física como estrategia para resolver los problemas de la alimentación posibilita interrogar a la escuela en cuanto a sus espacios, los tiempos designados y los métodos empleados:

¨Los juegos olímpicos que hemos tratado de implantar tienen mucho de bueno y de desearse sería que llegaran a imponerse de una manera definitiva a nuestras escuelas y colegios; ellos desarrollan el amor al alma mater y por consiguiente al patriotismo[28]¨.

¨Los resultados de la educación física son benéficos no solamente para el conveniente desarrollo del cuerpo, sino que también influyen en el psiquismo del individuo suprimiendo inútiles cobardías y enseñándolo a tomar buenas y prontas reclusiones [29]¨

Además, se establecen argumentos que inducen el abordaje de los problemas en la escuela, involucrando el quehacer propio de ésta, en los esquemas de explicación, reiterando la necesidad de educar en higiene y en una nutrición que la favorezca:

¨Con el fin de grabar en la memoria de los niños los peligros y la manera de evitar la uncinaria, cuadros murales adornarán los lugares de clase. Ellos representarán niños anémicos, la uncinaria, sus huevos… Otros cuadros rezarán lo siguiente: los niños deben hacer uso de los excusados… irán al consultorio vecino….[30]¨

De este modo, se encuentra cómo la emergencia de la noción de niño, al tiempo con el acontecimiento de la escuela como lugar de educación de éste, se constituyen en fuerzas que posibilitan el control de las prácticas alimentarías a través de la generación de saberes en torno a éstos, que le otorgan pertinencia y validez al discurso de la alimentación. Discurso de fácil entrada en los sujetos, por ser una práctica necesaria para la supervivencia, además de la fuerza acentuada desde la enfermedad, y validada por la ciencia moderna. De este modo la escuela se constituye en un tiempo – espacio que homogeniza la población agrupando prácticas educativas y garantizando la gobernabilidad ¨la escuela constituye la expresión de un fenómeno histórico en el desarrollo de la modernidad… como producto de la necesidad…. de la que es consecuencia pero a la vez elemento constitutivo fundamental (Martinez & Narodowski, 1997: 9)¨

La escuela posibilita entonces establecer un régimen de prácticas relacionadas con la alimentación que permiten uno u otros modos de subjetivación ¨Las reglas acerca del comer y el beber han sido relevantes a la hora de prescribir los comportamientos adecuados (Elías, ), de este modo se encuentra la conservación de los dientes ¨La conservación de los dientes, es una práctica higiénica de la más alta importancia (El maestro de escuela, 1899)¨, la regulación del apetito ¨La costumbre de tomar alimentos a horas fijas es un estimulante del apetito (El maestro de escuela, 1899)¨, la lucha contra la chicha, la importancia de la nutrición infantil, entre otros.

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[1] Estudiante Maestría en Educación. Línea de Investigación Historia de la educación y la pedagogía y estudios socio – culturales. Grupo Historia de la Práctica Pedagógica. Licenciada en Biología. Especialista en Pedagogía. Profesora Departamento de Biología. Universidad Pedagógica Nacional. 2009

[2] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1909) Vol. 1- núm. 1. Número 1. Bogotá. Pág. 1.

[3] Montoya, José; Manrique, Julio. Repertorio de Medicina y Cirugía. (1911). Vol. 3 - núm. 1. Número 25. Bogotá. Pág. 2.

[4] Arteaga, Francisco. Algo sobre la Lepra. Repertorio de Medicina y Cirugía. (1910) Vol. 1 - núm. 8. Número 8. Bogotá. Pág. 465.

[5] Montoya, José; Manrique, Julio. Repertorio de Medicina y Cirugía. (1912) Vol. 3. No. 8. Número 32. Bogotá. Pág. 430.

[6] Lleras, Federico. Las leches de Bogotá en la alimentación de los niños. Repertorio de Medicina y Cirugía. (1909) Vol. 1 – núm. 1. Número 1 Bogotá. Pág. 37

[7] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1909) Vol. 1- núm. 1. Número 1. Bogotá. Pág. 41

[8] Calle, Miguel. Tricocefaliasis y su tratamiento. Repertorio de Medicina y Cirugía. (1911). Vol. 3. No. 1. Número 25 Bogotá. Pág. 13

[9] Informe Académico. Repertorio de Medicina y Cirugía. (1909) Vol. 1 – núm. 1. Número 1 Bogotá. Pág. 27

[10] Informe Académico. Repertorio de Medicina y Cirugía. (1909) Vol. 1 – núm. 1. Número 1 Bogotá. Pág. 28

[11] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1912) Vol. 3 – núm. 7. Bogotá. Pág. 374

[12] Calle, Miguel. Tricocefaliasis y su tratamiento. Repertorio de Medicina y Cirugía. (1911). Vol. 3. No. 1. Número 25 Bogotá. Pág. 5

[13] Solano Cenon. Tratamiento y curación de la Lepra. (1911). Repertorio de Medicina y Cirugía. Vol. 3. No. 2. Número 26.  Bogotá. Pág. 63

[14] Calle, Miguel.  Tricocefaliasis y su tratamiento. (1911) Repertorio de Medicina y Cirugía. Vol. 3 – núm. 1. Número 25. Bogotá. Pág. 9

[15] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1909) Vol. 1- núm. 1. Número 1. Bogotá. Pág. 39

[16] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1911) Vol. 3 –núm. 3. Bogotá. Pág. 138

[17] Montoya, José; Manrique, Julio; López, Luis. Repertorio de Medicina y Cirugía. (1913) Vol. 4 - núm. 5. Número 41. Bogotá. Pág. 246

[18] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1911)  Vol. 3 – núm. 2. Bogotá. Pág. 53

[19] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1912) Vol. 3 – núm. 8. Bogotá. Pág. 430

[20] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1911) Vol. 3 – núm. 1. Bogotá. Pág. 39

[21] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1909) Vol. 1 – núm. 1. Bogotá. Pág. 51

[22] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1912) Vol. 4 – núm. 1. Bogotá. Pág. 25.

[23] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1912) Vol. 4 – núm. 1. Bogotá. Pág. 33

[24] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1909) Vol. 1 – núm. 1. Bogotá. Pág. 4.

[25] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1910) Vol. 1 – núm. 5. Bogotá. Pág. 290.

[26] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1910) Vol. 1 – núm. 5. Bogotá. Pág. 291.

[27] Jiménez, M. Importancia de la educación física en Colombia. Repertorio de Medicina y Cirugía. (1913). Vol. 4. N0. 9. Bogotá. Pág. 453

[28] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1910) Vol. 1 – núm. 12. Bogotá. Pág. 660.

[29] Montoya, José; Manrique, Julio. Repertorio de Medicina y Cirugía. (1912) Vol. 4 - núm. 2. Numero 38. Bogotá. Pág. 59.

[30] Repertorio de Medicina y Cirugía. (1912) Vol. 3 – núm. 7. Bogotá. Pág. 374


 [MFPJ1]Habría que ajustar estas referencias para que queden igual que las anteriores.

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