Reseña
EL PANÓPTICO: LA
VIGILANCIA COMO HERRAMIENTA DE PODER[1]
Carol Cifuentes[2]
“La fetidez del aire es menos dañosa a la salud,
que la infección moral”
Bentham El Panóptico.
El panóptico de Bentham Jeremy, es una obra editada a finales del siglo XVIII, en la época existía la problemática de la visibilidad de los cuerpos, de los individuos, de las cosas, desde una mirada centralizante. Desde esta perspectiva, surge el panóptico como un instrumento de poder específico para resolver estos problemas de vigilancia, al consistir en una construcción cuyo diseño, circular, con ventanas y mucha luz, permitían un proceso de observación constante, cuya instrumentalización inicia como la casa de penitencia donde las personas privadas de la libertad tenían la posibilidad de reformar sus costumbres como reclusos.
La propuesta surge desde
una mirada de inspección, cuyo principio único era establecer el orden y
conservarlo durante mucho tiempo. Bentham plantea el problema de la visibilidad
organizada alrededor de una mirada dominadora y vigilante, de este modo el
autor define unos elementos (recursos) desde las cuales se podrán establecer
estructuras comportamentales a partir de las que el sujeto observado (preso)
podrá interiorizar y adoptar patrones que le llevarán al proceso de
transformación buscado y que le permiten reinsertarse como un hombre de bien en
la sociedad.
Uno de estos elementos, es la vergüenza, el preso desarrolla el temor a la censura de aquellos con quien comparte, luego la visibilización total de los espacios, le cohíben de adoptar conductas inapropiadas y ajustarse a los patrones generalizados.
Otro elemento que incursiona es el trabajo, visto como un mecanismo de normalización, el preso deberá encontrar en el mismo, consuelo y placer, pero sus actividades deberán alternarse entre el sedentarismo y lo laborioso, para evitar que caiga en la rutina y el aburrimiento.
Se involucran a su vez otros elementos como el alimento, la vestimenta, el aseo, la salud y las actividades para el tiempo del ocio, dichos elementos no distan mucho de los medios de control actualmente existentes, como sujetos nos vemos inmersos en actividades rutinarias, cuyo control no es de nuestro total resorte y muchas de las decisiones que se pueden tomar desde el libre albedrío, están limitadas por las posibilidades previamente establecidas de esos macrosistemas de poder.
Es por esto por lo que la lectura del Panóptico se considera muy pertinente, dado que permite realizar análisis de diversos conceptos, que si bien surgen en un contexto específico de la casa de penitencia y los sujetos privados de la libertad para ser transformados y vigilados; esto puede ser llevado a otros contextos y realidades. En una entrevista realizada a Michel Foucault sobre “el ojo del poder” él planteaba a propósito de la obre de Bentham y su idea de panóptico, que su propuesta de visibilidad del sujeto, era desarrollado por primera vez en la escuela militar de París (1755), y después esa idea del sujeto aislado se fue ampliando a otros contextos, bajo múltiples argumentos a saber: en el contexto escolar (edades y pertinencia de saberes), prisión (gravedad del delito) hospital (gravedad y contagio) y la industria (proceso), luego ese escenario abierto y visible de constante vigilancia, no sólo se hizo posible en las cárceles sino que se extendió a otros espacios.
Pero el panóptico no resolvería exclusivamente esa vigilancia, también permitiría no sólo tener a muchos hombres allí sometidos y vigilados sino también por su arquitectura la vista completa de quienes los cuidan, ello en aras de evitar las tiranías subalternas, las vejaciones secretas, lo que alguna forma tiene incidencia en la disminución de castigos, ahora bien, si la misión es la transformación del sujeto, esto no se realiza de manera directa, se desarrolla a partir de subpoderes que se van dando desde los elementos de intervención ya antes mencionados.
Finalmente, y no menos importante, resulta el control del tiempo y la utilidad del sujeto, donde es poca la posibilidad que se tiene, dadas las rutinas y actividades previamente definidas y organizadas, hasta en los tiempos de ocio, no existía pues libertad, ya que estos espacios estaban permeados por unos procesos formativos (días domingo) que se abordaban desde el aprendizaje de otros saberes como la lectura, la escritura y la aritmética.
Así las cosas, el Panóptico resulta ser una obra fascinante y reflexiva desde el ejercicio del poder y vigilancia en el que nos podemos encontrar como sujetos en un contexto, lo que pensamos que es la libertad, no es otra cosa que una vigilancia aceptada, de unos micropoderes, capilares como dice Foucault, que poco a poco logran hacer de nosotros sujetos útiles y que aprovechan el tiempo, no hay espacio para ser otra cosa; ¿no hay escapatoria?, esa la gran pregunta de Foucault a la sociedad, pero de manera particular para nosotros.
BIBLIOGRAFÍA
Bentham, Jeremy. El
Panóptico. Editorial La Llevir-virus. 2020
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