viernes, 31 de mayo de 2024

Leer y escribir 23

 

Leer y escribir 

La escritura como proceso: leer y escribir en la formación posgradual

 

Olga Cecilia Díaz Flórez[1]

 

La escritura en un programa de formación posgradual parece una condición evidente que no requiere sustentación o reflexión. Lo damos por “sentado”, pues se asume como un requisito y una condición de quienes ingresan a formarse como investigadores de la educación. Si bien este breve texto no pretende ilustrar el debate sobre los modos como podemos asumir estos complejos procesos en la educación; he querido presentar e identificar las principales modalidades y referentes desde los cuales abordo esta labor en mi trabajo como profesora en la Maestría en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional.

De una parte, me parece relevante que mis estudiantes ensayen distintos tipos de escritura académica, especialmente los resúmenes, las reseñas, análisis de investigaciones y los ensayos analíticos; estos últimos centrados en la construcción y desarrollo de una hipótesis analítica a partir del uso de la perspectiva teórica en torno a las cuales se organiza cada seminario.

En cada uno de ellos se requieren distintas formas de elaboración, comprensión y apropiación de aquello que se lee, de tal modo que en su escritura se logren cada vez mayores niveles de complejidad, rigor y en particular la generación de un punto de vista propio en el que su voz pueda ser reconocida y también sometida a la interlocución e interpelación tanto de la maestra como de sus pares.

La idea de una escritura en proceso tiene que ver justamente con propiciar una dinámica que implica reconocer la importancia tanto de ir aclarando y complejizando el propósito y las intenciones comunicativas de la escritura, hasta lograr configurar un posicionamiento y una tesis analítica que organice las ideas y consolide los argumentos que la respaldan. Por supuesto, estos ejercicios hacen parte de las exigencias que los maestros, independientemente de nuestras perspectivas de la investigación, hacemos en la construcción y desarrollo de una tesis de grado.

Este abordaje implica que los estudiantes presentan hasta tres versiones distintas de un mismo texto y en cada una de estas etapas cuentan con una interlocución tanto oral como a su escritura que hace posible que, en la mayoría de los casos, el texto final representa una cualificación significativa respecto a la primera versión. En una de las etapas, casi siempre la segunda versión, a la interlocución de la maestra se le agrega la de uno de sus compañeros, quien se escoge por afinidad o por intereses similares en torno a la temática trabajada. Esta dinámica se enriquece con los aportes que el grupo y la maestra presenta en cada etapa de socialización de estas producciones, de tal manera que se propician distintas modalidades de retroalimentación con una aspiración elevada: lograr que se animen a consolidar textos de carácter publicable.

Aun cuando el tiempo que requiere este proceso de interlocución, especialmente a cada escritura es exigente –años atrás lo hacía a los textos impresos, luego estos circulaban a través del correo personal y ahora lo hago a través de la plataforma de Teams y las herramientas de revisión–, lo he vuelto un estilo de trabajo y procuro mantenerlo en todos mis espacios de trabajo con los estudiantes, pues logro reconocer, en el corto tiempo de un semestre, los efectos de esta escritura en proceso.

¿Cuáles habilidades, competencias, conocimientos y saberes considero que se logran promover y en algunos casos fortalecer a través de esta escritura en proceso? Diría que variadas y no solamente afectan a los estudiantes sino también me interpelan mi rol como maestra. Quisiera destacar las más relevantes y sobre los cuales, casi siempre, enfatizo en los comentarios que le hago a los textos o en las interacciones en los procesos de socialización: 

-    Entender los alcances de una perspectiva teórica y el modo como podemos usarla para elaborar y comprender problemas de la educación, que no se desconecten de las trayectorias de los estudiantes (su formación de base), de sus intereses laborales, o de sus propios trabajos de tesis. Sin embargo, reconocer estos contextos y formaciones previas no equivale a un pragmatismo que privilegie la utilidad o la facilidad en lo que se escribe, sino a procurar generar nexos con los saberes, experticias e intereses de los estudiantes.

-    Comprender y diferenciar lo que plantea el o los autores que se leen de aquello que cada uno intenta sustentar: no se trata simplemente de lograr una buena síntesis de un texto o de los planteamientos de un autor, sino de reconocer sus posibilidades para usar la perspectiva y construir una pregunta relevante susceptible de ser trabajada a modo de una tesis argumentativa consistente y en la que cada uno rete su propio pensamiento.

-      Involucrar permanentemente la reflexión sobre el qué y el cómo se escribe. Las observaciones detalladas a cada texto, así como el comentario más general que le envío a cada estudiante, es una especie de mecanismo para hacer ver, para interrogar, para tomar distancia del propio pensamiento, para corregir interpretaciones o para configurar descripciones analíticas que no interpreten, en consonancia con la perspectiva que estemos estudiando. La siguiente escritura no será simplemente atender o aceptar las interpelaciones sino reelaborar, dialogar con la interlocución, ir más lejos y en el peor de los casos, volver a empezar.

-       Exponerse a través de la socialización, desarrollar la argumentación y mostrar las claridades que ha ido alcanzando. También leer a sus pares y ofrecerle aportes, así como disponerse para escuchar, dialogar con la crítica y generar reelaboraciones que enriquezcan sus propias comprensiones y las de sus pares.

Esta escritura en proceso me ha traído enormes satisfacciones y también me ha ayudado a tomar distancia de mi propia posición como lectora-evaluadora y a reorientar algunas modalidades de la interlocución, procurando entender y ser cuidadosa con los efectos de esta labor, bajo una convicción que me atraviesa: el reconocimiento y la valoración de una escritura para ser leída.



[1] Profesora titular, Departamento de Posgrado, Facultad de Educación, Universidad Pedagógica Nacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario