APORTES DE LA ETNOGRAFÍA ACCIÓN PARTICIPATIVA PARA EL DESARROLLO DE INVESTIGACIÓN ETNOGRÁFICA EN EDUCACIÓN ESCOLAR
Néstor Fabián Corredor Medina
“Se trata de un problema de praxis formativa cuya solución escapa a la institución elitista y aislada, y pasa a esa alianza de sujetos, como sería la conformada por los pueblos con su saber”.
Orlando Fals Borda.
La investigación etnográfica ha posibilitado que las dinámicas y escenarios de producción de conocimientos sobre nichos particulares de las sociedades contemporáneas se modifiquen radicalmente. La escuela como institución y la vida escolar en su conjunto no han escapado a esta tendencia (Jimeno, 2000), por esta razón, resulta sumamente interesante examinar algunos elementos de la Etnografía Acción Participativa o etnografía participativa (en adelante EAP), que pueden ser considerados como potenciales subsidiarios teóricos y metodológicos para el desarrollo de investigación educativa escolar en perspectiva etnográfica.
Dicho lo anterior, es necesario señalar que considerar posibles aportes de la EAP a la investigación etnográfica en educación, se sustenta en que las investigaciones etnográficas escolares que se desarrollan entre los niveles micro sociológico y meso sociológico, aun cuando son sumamente rigurosas y versátiles no alteran o modifican sustancialmente los escenarios y los sujetos que allí intervienen (Lahire, 2008). Es decir, vale la pena interesarse por elementos de orden metodológico y filosófico de otras modalidades investigativas que aportarían a potenciar la investigación en el aula y las posibles implicaciones que dicha investigación genere en su contexto.
En ese sentido, es objetivo de este escrito considerar los aportes que desde la EAP se podrían hacer a los procesos de investigación educativa escolar en perspectiva etnográfica. Ahora bien, en términos estructurales el texto se organiza en tres momentos: Inicialmente se esbozarán las características generales de la EAP; en segundo lugar, se considerarán los posibles aportes de la EAP a la investigación etnográfica en educación escolar; finalmente se expondrán algunas consideraciones sobre la pertinencia de la EAP y su relación con la escuela.
En principio es necesario señalar que la EAP, como modalidad de investigación etnográfica, posee unas características que la definen y diferencian de expresiones investigativas inmersas en la antropología social contemporánea aplicada a la educación escolar (Dietz, 2018). De acuerdo con Barraquero (2016) la EAP suscribe a escenarios de organización política comunitaria no institucionalizada, es decir, grupos de personas organizadas políticamente, que asumen su “vida cotidiana como un escenario fundamental de praxis política” (Berraquero Díaz, 2016, pág. 52).
De esta manera podría señalarse una diferencia sustancial entre la investigación etnográfica educativa y la EAP; en la primera existe una aplicación explicita a contextos educativos escolares de orden institucional (Rockwell, 2009), mientras la segunda se inscribe en escenarios no institucionalizados. Además, resulta necesario señalar que sus objetivos particulares son absolutamente diferentes, de acuerdo con Dietz “la etnografía tiene que ver con las asimetrías del poder, pero no nace como una metodología para trasformar, sino para estudiar un determinado tipo de realidad que se desconoce” (Dietz, 2018, pág. 8). Mientras que la EAP considera en su horizonte de posibilidades, la trasformación de las realidades examinadas y abordadas en el proceso investigativo.
En virtud de lo enunciado se pone en evidencia que la EAP como modalidad de investigación en etnografía, retoma los elementos metodológicos y filosóficos propios de la Investigación y Acción Participativa (Fals Borda, 2015). En consideración de Lola Cendales la IAP se define en razón a que “no se trata solamente de conocer la descripción de los hechos; se trata de reconocer y ubicar los hechos en sus relaciones histórico-estructurales y en el contexto de la sociedad ir logrando una visión más integral y una posición ideológica consecuente” (Cendales, L. Torres, A. Peresson M., 1992, pág. 128)
Así las cosas, en la EAP se establecen tres elementos vertebrales que dan sentido a su arquitectura como modalidad de investigación etnográfica. El primero de ellos tiene que ver con la vinculación íntima que el investigador tiene con su contexto y objeto de investigación, es decir, se consolida un compromiso ético y político ligado al proceso investigativo y en consecuencia, se espera que dicha investigación permita la comprensión, modificación y transformación de escenarios circunstanciales en los que están inmersos los sujetos participantes.
De otro lado, la EAP postula la necesidad de vincular de manera orgánica, en todas las fases de la investigación a la población con la que se trabaja, es decir que se establezca un ejercicio colaborativo y colectivo que parta del diálogo de saberes y del reconocimiento sustancial del sujeto investigado en el diseño y desarrollo de la investigación (Freire, 2009). Lo anterior, como principio no solo metodológico sino como una posibilidad de formación política sistemática que posibilite a los participantes adquirir sentido histórico, político y cultural del momento o contexto en que se encuentran. (Rodrigues Ramalho, 2013).
Como tercer elemento estructural de la EAP, se postula la resistencia o contraposición a las visiones externas que se configurar alrededor de los procesos en los que se desarrolla esta modalidad de investigación, es decir, se parte del reconocimiento de lo propio, lo empírico y lo contextual como los elementos constituyentes para el proceso de investigación y acción política. Ghiso (2020) abordaría este principio calificándolo como ecología investigativa, debido a que se priorizan los siguientes elementos: El humano subjetivo; el constructo social propio y el ambiente o contexto.
Descritos los elementos vertebrales de la EAP, resultaría conveniente yuxtaponer algunas de estas premisas en el marco de la investigación etnográfica escolar de orden micro sociológico (Heller, 1977), pues es válido afirmar que las investigaciones que ubican y parten de la cotidianidad de la vida escolar posibilitan no solo la comprensión y descripción de los fenómenos desconocidos que acaecen en la escuela, sino que permiten identificar el sentido que los sujetos que intervienen en los procesos educativos le asignan a su realidad (Rockell, 1995).
En ese sentido, el primer elemento que pareciera trivial en cualquier investigación en el aula, pero que no resulta tan evidente, tiene que ver con los resultados y la finalidad de estos, es decir, la investigación debe postular desde su génesis la necesidad de pretender trasformaciones en la dimensión contextual-específica y de ser posible en una dimensión más amplia. Dicho de otra manera, es imperativo que los resultados de la investigación se desborden a sí mismos, y busquen incidencia en campos que determinen o incidan en la definición de la arquitectura escolar en todas sus esferas, estos campos podrían ser; escenarios de creación de política pública educativa; consejos y grupos colegiados que ordenan las dinámicas de convivencia y regulación de la interacción social en la escuela; grupos o asociaciones de padres de familia que tengan vinculación sistemática con la vida escolar.
En segundo lugar, la investigación escolar etnográfica que vincule las premisas de la EAP deberá posicionar en su corpus metodológico los postulados de la formación sistemática para todos los participantes, luego podría asumirse que los sujetos que allí intervengan (docentes, estudiantes, administrativos y padres de familia) no solo aportarán y permitirán la construcción de información sobre fenómenos particulares ligados a la vida escolar, sino que en forma simultánea deberían adquirir y construir herramientas metodológicas y políticas que les permitan comprender el mundo en el que habitan y consecuentemente optar por ejercicios colectivos de trasformación social que les permitan ser sujetos determinantes en la construcción y organización de sus comunidades-sociedades en forma sistemática.
Sobre este postulado resulta sumamente interesante mencionar el ejercicio de investigación/formación que desarrolló García Lizano y otros (1995) quienes de acuerdo a la investigación escolar etnográfica desde la perspectiva de lo cotidiano, desarrollaron y construyeron en forma colaborativa módulos o cursos de capacitación docente que respondieran o se configuraran en virtud de las necesidades contextuales que demandaba la escuela en su tiempo–espacio singular (García Lizano, 1995). De este modo, lo que se busca con la vinculación de los postulados de la EAP a la investigación escolar en perspectiva etnográfica, es similar a la experiencia enunciada; posibilitar la cualificación política, técnica e investigativa de los sujetos que cotidianamente habitan en la escuela.
Finalmente, existen en la EAP dos premisas que deben ser consideradas con toda la atención en la investigación educativa escolar. De un lado, es muy importante que los maestros de aula sean asumidos como sujetos investigadores, esto en detrimento de la dinámica que postula agentes externos que en su mayoría suscriben a dos campos; técnicos representantes de las instituciones de gobierno que no están vinculados ni profesional ni laboralmente a la dinámica escolar; y estudiantes universitarios o investigadores formados que perciben y asumen en forma exclusiva el lugar de investigación -escuela- como el escenario o laboratorio del cual extraer información.
Así las cosas, junto a la práctica investigativa como un elemento connatural al quehacer pedagógico y político de los maestros de aula, la investigación etnográfica en educación reconoce la importancia de las redes colaborativas que se estructuran en la EAP, es decir, se podría apostar por la investigación localizada de experiencias y fenómenos escolares, que están transversalizados por elementos comunes como clase, género, ubicación espacial, etc. Lo anterior con intención de postular desde los escenarios específicos, elementos comunes que pudieran aportar a la consolidación de propuestas políticas, sociales y educativas de alcance local o nacional.
A manera de conclusión, elementos sobre los que seguir trabajando.
Deber señalarse la importancia de profundizar la investigación educativa desde la perspectiva etnográfica, pues como se ha puesto en evidencia, la etnografía posee un sin número de cualidades que permiten no solo la comprensión y descripción de escenarios y fenómenos desconocidos, sino que tiene facultades sumamente valiosas de cara a la construcción de modalidades investigativas propias, que modifiquen el rol de los sujetos investigados y la utilidad que pueda asignársele a los resultados, en tanto insumos, para la consolidación de propuestas educativas que respondan a las necesidades sociales, políticas y económicas de sociedades inequitativas y desiguales como la colombiana.
Ahora bien, proponer escenarios de reflexión sobre la investigación etnográfica en educación o investigación etnográfica en general, resulta sumamente valioso en tanto permite identificar, caracterizar y potenciar algunos de los elementos que ha enarbolado la EAP, pues evidentemente en esta modalidad de investigación, lejos de reducir sus postulados al plano académico o investigativo, se ponen en cuestión caracteres epistemológicos, políticos y culturales profundos del sistema económico imperante, es decir, resulta una suerte de crítica política y social que pretende alterar el orden establecido haciendo uso de la investigación y la acción colectiva de los sujetos históricamente negados o simplemente enunciados de las narraciones etnográficas.
Finalmente, aun cuando se reconoce que la etnografía participante o EAP viene emergiendo como modalidad de investigación dirigida a contextos sociales y populares, vale la pena seguir su rastro metodológico y experiencial, esto con intención no solo de potenciarla en su estructura y propuesta investigativa per se, sino como la posibilidad de fortalecer las luchas, disputas y escenarios de transformación que grupos subalternos desarrollan en forma sistemática en diferentes regiones y lugares del planeta. Y particularmente, ampliar la resonancia que desde los centros educativos y escuelas se hace sobre las dinámicas educativas, sociales y económicas desarrolladas a nivel local y nacional.
Referencias bibliográficas
Berraquero Díaz, L. (2016). La colaboración como condición: la etnografía participativa como oportunidad para la acción. Dialectología y tradiciones populares, 49-57.
Cendales, L. Torres, A. Peresson M. (1992). Los otros También cuentan, elementos para la recuperación colectiva de la historia. Bogotá: Dimensión Educativa.
Dietz., G. (2018). Etnografía e investigación acción en la investigación educativa: convergencias, límites y retos. Revista Interamericana de Educación de Adultos, vol. 40, núm. 1., 1-9.
Fals Borda, O. (2007). Hacia el socialismo raizal y otros escritos. Bogotá: Desde abajo.
Fals Borda, O. (2015). Una sociología sentipensante para América Latina. Buenos Aires.: Siglo XXI.
Freire, P. (2009). La educación como práctica de libertad. Bogotá.: Siglo XXI editores.
García Lizano, N. (1995). Capacitación de docentes a partir de la investigación en el aula. San José de Costa Rica: Universidad de Costa Rica.
Ghiso, A. (2000). Investigación educativa, sujetos, gramáticas y ecologías. Medellín, Colombia.
Heller, Á. (1977). Sociología de la vida cotidiana. Barcelona : Editorial Península.
Jimeno, P. (2000). De la etnografía antropológica. Revista complutense de educación, 219-228.
Lahire, B. (2008). Un sociólogo en el aula. En Ma, & M. I. Jociles, ¿Es la escuela el problema? (págs. 49-60). México: Editorial Trotta.
Rockwell, E. (1995). De huellas, bardas y veredas: Una historia cotidiana de la escuela. En E. Rockwell, La escuela Cotidiana (págs. 13-56). México: Fondo de Cultura Económica.
Rockwell, E. (2009). La experiencia Etnográfica: historia y cultura en los procesos educativos. Buenos Aires : Paidós.
Rodrigues Ramalho, R. (2013). Contribución a la propuesta de una etnografía militante. X Jornada de Sociología. Buenos Aires.
Excelente Néstor! Es muy importante animarse a publicar este buen resultado del seminario sobre etnografía. Sandra
ResponderEliminar