Fabricación de cuerpos dóciles en la Educación Física del siglo XVIII
Christian Camilo Tiria Forero
Vigilar y Castigar fue un libro publicado originalmente en 1975 y se convirtió en uno de los más representativos del pensador y filósofo francés Michel Foucault, el libro está dividido en cuatro capítulos: Suplicio, Castigo, Disciplina y Prisión.
El capítulo de Disciplina está conformado por tres apartados; los cuerpos dóciles, los medios del buen encauzamiento y el panoptismo. El presente texto analiza el apartado I titulado Los cuerpos dóciles. A partir del análisis, con ayuda del libro La historia de la Educación Física y el Deporte a través de los textos de Betancor y Vilanou pretendo generar relaciones de las características del cuerpo dócil abordado por Foucault con la concepción de cuerpo identificada en la Educación Física del siglo XVII y la segunda mitad del siglo XVIII.
Introduciéndonos en el apartado I, Foucault inicia con una comparación de un soldado de comienzos del siglo XVII y uno de la segunda mitad del siglo XVIII, el primero de ellos es descrito por el autor como aquel que lleva signos naturales que dan cuenta de su vigor y valentía, esos signos son los que permiten identificar a los más dotados en este oficio, signos como “ojos vivos y despiertos, cabeza erguida, el estómago levantado, los hombros anchos, los brazos largos y dedos fuertes, el vientre hundido, los muslos gruesos, las piernas flacas y los pies secos; porque el hombre de tales proporciones no podrá dejar de ser ágil y fuerte” (Foucault, 2002, p. 139). El segundo soldado descrito por el autor es de la mitad del siglo XVIII, la primera afirmación que encontramos es que el soldado se ha convertido en algo que se fabrica, pasando de un cuerpo inepto a la máquina que se necesitaba, una corrección de cada parte del cuerpo que procura alcanzar el automatismo de los hábitos, “«expulsando al campesino» y se le ha dado el «aire del soldado»” (Foucault, 2002, p. 139). Esos signos naturales que caracterizan al soldado idóneo del siglo XVII son tomados en el posterior siglo para fabricar soldados automatizados en sus hábitos y sus estructuras corporales.
La primera relación que deseo establecer es el papel de la Educación Física en la formación de aquel soldado del siglo XVII, Betancor y Vilanou (1995) se remiten a John Milton (1644) en su obra Sobre la Educación, Su ejercicio, quien escribe:
El ejercicio que recomiendo primeramente es el uso exacto de sus armas, defenderse y atacar seguramente con el filo o la punta; esto los conservará sanos, ágiles, fuertes y amplios de pecho. Es la manera más razonable de hacerles desarrollarse anchos y altos; e inspirarles un valor cortés y sereno. … Deben también practicar toda clase de llaves y presas de la lucha, en la que los ingleses conviene que predominen, porque en el combate puede ser necesario con frecuencia arrastrar o sujetar y venir a las manos. (p. 198)
Este fragmento de 1644 nos muestra como el manejo del cuerpo respecto al uso de un objeto de guerra está al servicio de generar signos naturales, con la consigna de que un uso adecuado del objeto permite agilidad y fuerza. Cuando el autor dice “es la manera más razonable de hacerles desarrollarse anchos y altos” muestra uno de los propósitos de la práctica de la Educación Física (EF) que prevalece; si recordamos las características dadas por Foucault al soldado del siglo XVII, podremos inferir claramente como la EF estaba al servicio de aquellos que querían ser identificados desde el cuerpo en tanto idóneo para el oficio de soldado; sus signos naturales se transferían en vigor y valentía. Continuando con esta primera relación Betancor y Vilanou (1995) citan a Rousseau con Emilio o de la Educación, a propósito del ejercicio natural (1762) quien hace una apertura al cuerpo en la segunda mitad del siglo XVIII:
Existe un ejercicio puramente natural y mecánico que sirve para robustecer el cuerpo sin dar ninguna participación al juicio: nadar, correr, saltar, desgastar unos zuecos, tirar piedras. Todo esto está muy bien, pero, ¿no tenemos nada más que brazos y piernas? ¿no tenemos también ojos y oídos? ¿y estos órganos son tan superfluos para el uso de los primeros? No ejercitéis solamente las fuerzas, ejercitar todos los sentidos que las dirigen; obtener de cada uno de ellos todo el partido posible, comprobando después la impresión del uno con el otro. … No empleéis la fuerza sino después de haber calculado la resistencia; obrad siempre de modo que la estimación del efecto preceda al uso de los medios. (p. 194).
Conectando lo escrito por Rousseau (1762) con la descripción que nos ofrece Foucault del soldado de la segunda mitad del siglo XVIII, es el término mecánica el que nos permite enlazar ambas descripciones, también Rousseau muestra la importancia de estudiar los movimientos y las fuerzas empleadas en el cuerpo con los posibles efectos de cada uno. Una máquina puede ser predecible en su uso gracias al estudio de esta, una máquina debe responder a engranajes que procuran un rendimiento o efectos eficaces, eso mismo pasa con el cuerpo en esa perspectiva, debe conocerse parte por parte para proporcionar efectos predecibles y de esa manera útiles, como escribe Rousseau, cada parte del cuerpo es importante, por ende debemos procurar el mayor partido posible de ellas, Foucault también dirá que la corrección de cada parte del cuerpo procura alcanzar el automatismo de los hábitos (2002, p. 139).
Prosiguiendo en el apartado I, el autor nos dice que en el curso de la edad clásica el cuerpo se descubre como objeto y blanco del poder, un cuerpo al cual se le puede dar una forma y por ende se puede manipular, educar, corregir, moldear gracias a estímulos externos. El libro Hombre – máquina de Descartes ha sido escrito sobre dos registros de cuerpo simultáneamente: anatomo - metafísico y el técnico - político, son dos registros distintos, el primero compuesto por discursos médicos y filósofos, el segundo constituido por un conjunto de reglamentos (militares, escolares, hospitalarios, procedimientos empíricos, procedimientos reflexivos) para controlar o corregir las operaciones del cuerpo (2002, p. 140). Estos dos registros son articulados por la docilidad, articulación que se convierte en la novedad de la segunda mitad del siglo XVIII. Procurando una mejor comprensión mostraré en un diagrama los registros expuestos y su articulación.
Esta articulación nos permite comprender que la dócil del cuerpo en tanto sometido, puede ser utilizado, puede ser transformado y perfeccionado (2002, p. 140). Para la segunda mitad del siglo XVIII se consideran novedosos algunos métodos que permiten el control minucioso de las operaciones sobre el cuerpo. En primer lugar, encontramos la escala de control que trabaja el cuerpo, no en masa sino en sus partes como si estuviéramos hablando de mecánica, ejerciendo sobre el cuerpo una coerción débil. También, como nueva técnica, se toma el objeto de control como la economía, la eficacia de los movimientos del cuerpo, encontrando la importancia en el ejercicio, así el cuerpo se comete desde el control de modo constante. Y por último la modalidad, que vela sobre los procesos de la actividad, es la más cercana al tiempo, espacio y los movimientos. Los tres métodos mencionados en este párrafo garantizan la sujeción constante del cuerpo y sus fuerzas, imponiendo una relación docilidad - utilidad y es a ello a lo que se puede llamar las disciplinas.
La disciplina será entonces el método que permitiría garantizar la sujeción. A partir del siglo XVII y XVIII se pone bajo las fórmulas de la dominación, bajo la idea de poder, siendo ahora un instrumento de este. Sin embargo, estas fórmulas son diferenciadas de la servidumbre, la esclavitud, el vasallaje, las disciplinas monásticas, porque ahora “el cuerpo humano entra en un mecanismo de poder que lo explora, lo desarticula y lo recompone” (Foucault, 2002, p. 141). El autor llamaría a este mecanismo una anatomía política (mecánica del poder), nace para que los cuerpos no sólo hagan lo que se desea, sino también para que operen como se quiere, con las técnicas, rapidez y eficacia determinadas (2002, p. 141).
Esta mecánica del poder permite que la disciplina fabrique cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos dóciles, la disciplina aumenta las fuerzas del cuerpo (en términos económicos de utilidad) y disminuye en esas mismas fuerzas (en términos políticos de obediencia). (2002, p. 142). Las aptitudes en el cuerpo aumentan mientras la dominación se mantenga acrecentada. Cuando Foucault hace referencia a la anatomía política vincula al cuerpo con la dominación, entendida como una multiplicidad de procesos de origen diferente, localizaciones dispersas, estos se los encuentra en colegios, talleres, hospitales, fábricas, organizaciones militares que tienen como objetivo la fabricación de cuerpos dóciles y útiles, lo anterior entendido como una “microfísica” del poder. Dentro de esa multiplicidad de procesos se encuentran las escuelas y colegios, es dentro de ese contexto que incorporo la EF, un proceso que adopta las técnicas del método de la disciplina para la fabricación de esos cuerpos dóciles y útiles.
La segunda relación parte de preguntarse ¿cómo la disciplina fue trabajada y abordada en la EF de la segunda mitad del siglo XVIII? Betancor y Vilanou (1995) en su minucioso recorrido histórico nos permiten citar a Cayetano Filangieri en su texto Ciencia de la legislación, (1780 - 1788) exactamente en el capítulo IX: Reglas generales sobre la educación física de la primera clase:
No solamente se tolerarán todos los ejercicios aptos para fortificar el cuerpo, sino que serán ordenados también por la ley, y en las horas destinadas se convidará a los muchachos de esta clase a que con emulación corran, salten, suban a los árboles, luchen, levanten peso, lo descarguen, lo pasen a otra parte; a experimentar, medir y usar de sus fuerzas de varios modos, aumentar el vigor y agilidad de sus miembros, y a dar a sus cuerpos aquella fuerza y robustez que se pierde en la inacción y pereza. Para dar a estos ejercicios las ventajas de una útil emulación, de mayor grandeza, de cierto espíritu de sociedad, y de una oculta pero necesaria dirección, el legislador ordenará que en las horas señaladas para estos ejercicios todos los niños de la comunidad sean conducidos por sus custodios a un mismo lugar, dónde se juntarán y mezclarán unos con otros sin distinción alguna. (p. 196)
De acuerdo con esta pequeña descripción tenemos varios elementos para responder la pregunta de la segunda relación. Inicialmente los ejercicios ya no sólo serán para fortificar el cuerpo, la ley ordenará de alguna manera los tipos de ejercicios a realizar en esos espacios de EF de acuerdo con los propósitos sociales, ahora se miden las fuerzas en búsqueda de aumentar el vigor y agilidad, dando paso a procesos de verificación, valoración y progresión de la fuerza, la resistencia entre otras capacidades. En cambio, la pereza será algo que no debe permitirse porque evita el desarrollo de capacidades corporales, la pereza esta en contra de la utilidad, por esto es necesaria la dirección de los cuerpos, se hace necesario un legislador que promueva y prescriba espacio y tiempo de ejercicio para evitar que esa inacción perjudique el alcanzar docilidad y por ende la utilidad en esos cuerpos.
Para valorar, verificar, progresar en vigor y agilidad en la EF se empiezan a crear estudios rigurosos del cuerpo, es allí donde la concepción de cuerpo máquina cobró un valor impresionante, pues al estudiar parte por parte del cuerpo para una economía mostraba la diferencia entre ganar o perder en las más comunes pruebas atléticas en Francia y el Reino Unido, es allí donde en la EF y todos los procesos que fabrican cuerpos dóciles y útiles conciben a la disciplina como una anatomía política del detalle, al decir de Foucault. Dentro de cada fabricación de cuerpo dócil -sigue diciendo-, es importante el detalle, las cosas pequeñas son base o disponen para las cosas grandes, y si comprendemos los cuerpos dóciles como un producto fabricado, un cuerpo controlado pero útil, cada movimiento y comportamiento corporal es motivo de observación, nada puede salir de la mecánica organizativa ya dispuesta para esos cuerpos, el soldado se dispone a tener técnicas automatizadas que le permitan un mejor rendimiento, lo mismo que los estudiantes, deben adquirir ciertas rutinas que están en pro de un rendimiento mejorado gracias a la Disciplina. Así, el detalle es donde se da o se conjuga todo el proceso de sumisión, aparece en los gestos más pequeños, es allí donde se va a aplicar la disciplina, en ella encontramos el arte de las distribuciones y el control de la actividad, la primera hace referencia al espacio, la segunda al tiempo.
Inicialmente, señala el autor, dentro del arte de las distribuciones, procede ante todo a la distribución de los individuos en el espacio. Para ello emplea varias técnicas (2002, p. 145). Dentro de esas técnicas encontramos que la disciplina exige la clausura, se refiere a los espacios, lugares cerrados en sí mismos, que guarden orden y seguridad (colegios, cuarteles, talleres). Esa clausura tiene un origen en los conventos, se pretende evitar las interrupciones y permite fácilmente dominar las fuerzas. Además, deben existir divisiones en zonas, dándole a cada individuo su lugar organizando un espacio analítico, eso evita la desaparición, impide las distracciones que disminuyen la utilidad de los cuerpos, también está inspirada en las celdas de los conventos.
Continuando con el arte de las distribuciones -indicará Foucault-, aparecen los emplazamientos funcionales entendidos como espacios de utilidad, en esta técnica es importante la vigilancia, espacios muy bien pensados para localizar fácilmente al cuerpo, cuando se tiene un espacio determinado para cada cuerpo se evitan distracciones o contagios de algo y procuran un mejor rendimiento, un mejor trabajo de cada cuerpo. Asimismo, se encuentran los elementos intercambiables, caracterizados por el rango, el lugar que ocupa el cuerpo en una clasificación. La disciplina individualiza, distribuye y hace circular las relaciones entre cuerpos; al tener una clasificación por rango le permite identificar fácilmente los cuerpos más dóciles, los más útiles y de esa manera procurar acciones de trabajo, creando así principios de jerarquía y vigilancia piramidal. De esta manera resumimos las 4 técnicas del arte de la distribución dentro de la disciplina explicitadas por el autor.
Por otra parte, al referirse Foucault al control de la actividad, el empleo del tiempo cobre relevancia en la fabricación del cuerpo dócil, establecer ritmos es fundamental dentro del proceso de producción, también obligar a ocupaciones determinadas y regular los ciclos de repetición, esos puntos fundamentales coinciden en los espacios como la fábrica etc., en donde el tiempo medido y pagado se constituye en un tiempo sin impureza ni defecto.
Dentro de ese control de la actividad se encuentra la elaboración temporal del acto, un ritmo colectivo; el establecimiento de correlación del cuerpo y el gesto, no sólo consiste en enseñar o imponer una serie de gestos corporales, relaciona también esos gestos con una actitud global del cuerpo, una condición de eficacia y rapidez que responde a los detalles ya mencionados, las técnicas son imperantes para esa eficacia, un estudio biomecánico en EF nos permite analizar y observar de qué manera un cuerpo dócil responde mejor ante una necesidad de comportamiento.
En La articulación cuerpo - objeto, el cuerpo constantemente está en relación con los objetos que manipula, no sólo en términos de un arma en la milicia, también en un lápiz, o un cuaderno, el cuerpo debe tener una relación cercana con los objetos que lo rodean y de esa manera siempre responder útil y organizadamente con ellos. La utilización exhaustiva nos habla también del empleo del tiempo, pero uno que debe ser aprovechado de manera positiva, el cuerpo dócil capaz de realizar una acción eficazmente, en la menor cantidad de tiempo y respondiendo a una necesidad establecida.
La tercera y última relación desea abordar la pregunta ¿cómo el arte de las distribuciones y el control de la actividad, se equipara con el de la EF de la segunda mitad del siglo XVIII? Para esto Betancor y Vilanou (1995) citando nuevamente Cayetano Filangieri en su texto Ciencia de la legislación, (1780 - 1788) exactamente en el capítulo IX. Reglas generales sobre la educación física de la primera clase, nos deja visualizar que:
El magistrado de la comunidad presidirá los ejercicios, y en su defecto el más antiguo de los custodios. Algunos premios fundados en algún distintivo honorífico, señalados de tiempo en tiempo en tiempo para el que supera a los otros en estos ejercicios, presentarán al magistrado medios para promover los que tenga por más útiles, sin quitar a los muchachos la libertad de divertirse a su arbitro; y excitarán al mismo tiempo la pasión de la gloria en estos tiernos corazones que aún no están subyugados por las pasiones. (p. 197)
También Kant en su texto Pedagogía: fragmentos de la educación física citado por Betancor y Vilanou (1995) dice:
El hombre ha de estar ocupado de tal modo que, lleno del fin que tiene a la vista, casi no se sienta a sí mismo; su mejor descanso es el que le sigue al trabajo. Por consiguiente, se ha de acostumbrar al niño a trabajar. ¿Y dónde mejor que en la escuela debe cultivarse la afición al trabajo? La escuela es una cultura coercitiva. Es de lo más perjudicial habituar al niño a que mire todas las cosas como un juego. Ha de tener un rato para recobrar fuerzas, pero es preciso que también tenga sus momentos de trabajo. Si no comprende inmediatamente para qué le sirve esta coacción, más tarde advertirá su gran utilidad. En general se acostumbraría a los niños a la indiscreción. Si se contestara siempre a sus preguntas: ¿para qué es esto? ¿y aquello? La educación tiene que ser coercitiva, pero sin que ello haya de esclavizar a los niños. (p. 204)
De lo anterior se colige que la EF adoptó el método disciplinar planteado en la segunda mitad del siglo XVIII, el cuerpo desde entonces ha sido el eje fundamental de sus prácticas, las características de espacio y tiempo han estado involucradas en ella en beneficio de mejores resultados en competencias, el entrenador nace como respuesta a una dirección de tiempo y espacio que permite perfeccionar detalles que potencian la utilidad. Esta herencia del siglo XVIII se mantiene hoy vigente en la EF contemporánea, pero eso será tema de abordaje en otro texto.
Los cuerpos dóciles fueron inicialmente explicados desde la milicia y eso tiene un detalle importante, y es que el punto de comparación del soldado del siglo XVIII esta altamente influenciado por la política y el sueño de sociedades cercanas a la perfección, y cuando una sociedad se pretende perfecta busca la paz, una paz que sólo puede ser arraigada gracias a la seguridad de un cuerpo estructurado y fuerte este al frente de la sociedad, así es como la política enfrenta cualquier asomo de guerra, con una milicia altamente fuerte y útil, cuando los mecanismos de disciplinamientos marcan efectos son sus procesos imitados en varias estructuras sociales, imitaciones modificadas de acuerdo al espacio, así pues generando técnicas que cada vez lleven a la producción de cuerpos dóciles que responden a una necesidad de fábrica. La EF ha sido en la escuela la mayor fábrica de docilidad.
Referencias
Betancor, M., & Vilanou, C. (1995). Historia de la Educación Física y Deporte a través de los textos. Barcelona: PPU, S.A.Foucault, M. (2002). Vigilar y Castigar: nacimiento de la prisión. Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario