sábado, 11 de diciembre de 2021

Leer y escribir 13

 

CONSEJOS PARA HACER UNA INVESTIGACIÓN

Oscar Arbeláez[1]

De la lectura en el proceso Investigativo

 

Parecería un lugar común afirmar que el ejercicio disciplinado de la lectura es indispensable para escribir y argumentar con claridad y rigor conceptual en el ámbito académico e investigativo. Sin embargo, resultan pertinentes algunas reflexiones que son producto de la experiencia en nuestro ejercicio de la enseñanza sobre cómo construir una pregunta y un objeto de investigación.

 

Se inicia con una reflexión que parte de comprender el ejercicio de la lectura como un proceso de construcción de un hábito disciplinado, que contribuye a ordenar la reflexión: Y, ¿cómo se entiende ordenar la reflexión? Aprender a organizar ideas, a construir preguntas, a estructurar discursos coherentes, no sólo desde el punto de vista gramatical, sino epistemológico.  

 

Construir una pregunta no es un acto mecánico; por el contrario, es un cuidadoso proceso de observación, análisis y reflexión.  En este proceso está comprometida, tanto la lectura rigurosa como la escritura estructurada. Leer ayuda a explorar temas, problemas, situaciones y conceptos; escribir contribuye a estructurar discursos, a organizar ideas y a disciplinar el pensamiento.

 

Como se dijo anteriormente, y esto se considera muy importante, es un juego exploratorio a través del cual buscamos temas, problematizamos categorías, contextualizamos preguntas; identificamos tradiciones de pensamiento e investigación; adoptamos autores que nos guían en nuestras reflexiones (no olvidar que los autores son autoridades y como en todo campo, en el académico, la autoridad es muy importante).

 

Explorar lecturas es un punto definitivo en la investigación porque a través de ella se pueden encontrar los caminos que otros han recorrido y cómo estos nos han ayudado y nos ayudan a caminar por senderos inexplorados en el campo del saber. En efecto, hay autores canónicos que “abren trocha”, es decir, van sugiriendo la ruta del trabajo que vamos a emprender y que ningún aprendiz de investigación debería obviar.

 

El acto de la lectura, como se ha dicho, ayuda al estudiante a comprender ideas. Con base en ellas, se inspira, para formular una pregunta escribiéndola, con el fin de explorar quién más la ha formulado o ha planteado preguntas similares. Esto para cotejar sus percepciones, intuitivas o primarias, con los niveles de argumentación de los autores con los que se enfrenta. Desde allí, podría identificar, no sólo la lógica gramatical de la escritura de su pregunta, sino también, la pertinencia epistemológica.

 

En la lectura de textos que inspiran la investigación, un lector atento coteja las pretensiones de verdad de la autoridad frente a las propias pretensiones de verdad. En tal sentido, una ruta de lectura asociada con el ejercicio de escribir podría estar acompañada de un cuaderno de notas, de apuntes. En este registro se extraen ideas importantes, que posteriormente pueden ser temas de investigación, las cuales se pueden constituir en problemas y asuntos para explorar. Se identifican categorías de análisis (recordar que un discurso con pretensiones de cientificidad, no se construye sólo con intuiciones, sino con categorías, entendidas como representaciones de relaciones sociales y comunicativas). Dicho ejercicio es determinante en el proceso de investigación porque con esta identificación, se puede empezar a explorar no solamente desde la perspectiva histórica sino desde la perspectiva sociológica; el sentido de los conceptos   usados para resolver el problema. Además, es necesario que sean códigos comunes en la comunidad académica[2].

 

Como se podría discutir, la legitimidad y pertinencia de una categoría o concepto e inclusive de un problema, se construye en el escenario del diálogo, del debate y de la deliberación en las comunidades académicas.

 

Otro aspecto para la presente reflexión es la lectura en contexto. En efecto, hay que enfatizar que, independientemente de la naturaleza del texto, un buen lector ubica el origen histórico de ese texto, la época en que fue escrito, el tipo de sociedad en que vivió el autor; las corrientes epistemológicas en que se ubicó el autor y que lo inspiraron; los fenómenos o hechos que describe el autor; los debates que suscitó en su época y los que puede estar generando en la época actual; la disciplina o campo de la investigación al cual le aporta el texto y sus desarrollos contemporáneos.  Esto quiere decir que leer en contexto significa dotarse de un buen diccionario especializado y también, tener referentes de los procesos que implican cambios y paradigmas en la indagación.

 

Estos últimos aspectos son muy relevantes porque, así como nuestros autores predilectos tuvieron fuentes de inspiración, nosotros también necesitamos esas fuentes de inspiración, e inclusive se podría pensar y aceptar que un investigador principiante y hasta un investigador Senior, imite en su estilo, a su fuente de inspiración.

 

Con alguna frecuencia, los profesores de investigación sugerimos dos tipos de lectura, a saber: la lectura analítica y la lectura crítica.

 

La lectura analítica consiste en una inspección del texto con algún rigor: el título, los subtítulos, índices, una primera lectura atenta a la introducción en donde el lector podrá tener una idea de los propósitos de trabajo que tiene o tuvo el autor. Esta modalidad de lectura pone al lector en contacto con la estructura del texto que puede ser también la estructura del proyecto de investigación del autor. Asimismo, el lector puede identificar cual es el problema o asunto del que se ocupa el autor y, de alguna manera, durante todo el proceso de la lectura, descifrar el universo epistemológico y el enfoque metodológico con que trabaja el autor. En este sentido, se puede considerar la lectura como un ejercicio de comprensión y diálogo.

 

En lo que tiene que ver con la lectura crítica, se parte de que toda interpretación ha de estar precedida de la comprensión. Para este propósito, el acuerdo categorial, las descripciones argumentativas, las relaciones entre categorías y argumentos y los contextos ayudan a que el análisis con algún componente crítico tenga validez.  No sería posible ejercer una crítica seria, si no se atiende a este proceso anterior. Se dice que el lector debe ser capaz de decir con alguna certeza lo que comprende de un texto antes de emitir un juicio sobre el mismo.

Criticar no es solo disentir, coincidir con un argumento que se lee es también un juicio importante. De todos modos, como se ha dicho reiteradamente, estar o no estar de acuerdo con un autor, pasa por esa comprensión.

 

Finalmente, es muy importante, tanto para quien lee como para quien escribe, comprender la diferencia entre conocimiento y opinión. El conocimiento está soportado en la exploración, la observación rigurosa, la comparación, la medición, si se quiere; el argumento, las categorías y los métodos. La opinión o doxa, como la llamaría Platón, en la mayoría de los casos, es producto de percepciones subjetivas, de puntos de vista; de lecturas sesgadas e inclusive, de posturas ideológicas y/o políticas.

 

Este último, es uno de los grandes obstáculos epistemológicos de los que habla Bachelard y, por tanto, habría que evitar caer en estas prácticas para no desvirtuar el trabajo investigativo.

 

Estas reflexiones se constituyen en consejos o pistas sobre las cuales se podría pensar una “artesanía intelectual” para la formación de investigadores en los Posgrados de la Universidad Pedagógica.

 

Referentes Bibliográficos

Adler, J. Mortimer, Doren, Charles Van (2001). Como leer un libro. Una guía clásica para mejorar la lectura.  Ed. Debate, Madrid.

Bachelard, Gastón. (2000). La formación del espíritu científico.  Ed. Siglo XXI. Buenos Aires.

Mills, Charles. Wrigth (1999). La imaginación sociológica. Editor digital.

En: https://redmovimientos.mx/wp-content/uploads/2020/07/La-Imaginaci%C3%B3n-Sociologica-Mills.pdf



[1] Profesor Maestría en Educación. Departamento de Posgrados. Doctor en Educación.

[2] Por comunidad académica se entiende las asociaciones científicas que se organizan alrededor de una disciplina, un objeto y un campo de estudio

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