sábado, 11 de diciembre de 2021

Reseñas 13

 

Reseña

“Primera Carta” de Paulo Freire

Silvia Rocío Guerrero Suárez[1]

 

La presente reseña da cuenta de la “Primera carta” del libro Cartas a quien pretende enseñar del pedagogo brasileño, Paulo Freire (1993). El texto es un acercamiento crítico, lúcido y anecdótico; en el cual, el autor teje una trama de relaciones fundamentales: entre el enseñar y el aprender, el estudio y la lectura, la relación entre la lectura del mundo y la lectura de la palabra; y la lectura y la escritura. No obstante, como lo advierte el título del libro, estas reflexiones están dirigidas precisamente hacia los maestros o hacia quienes pretenden hacer de la enseñanza su oficio; por tanto, es, a partir del maestro, como sujeto receptor, que se construyen y explican las relaciones mencionadas.

 

En primer lugar, Freire destaca la importancia de reflexionar sobre el significado de enseñar y en este sentido, necesariamente, también de lo que significa aprender, porque, para él, enseñar y aprender son dos actos indisolubles. Esta es la primera idea que transmite en su primera carta, idea que está sustentada no solo porque, naturalmente, la existencia de quien enseña reclama la de un aprendiz; sino también, debido a que la enseñanza implica adicionalmente otros aprendizajes. Por ejemplo, desde la enseñanza, como experiencia práctica, se aprende y reaprende constantemente a enseñar. Además, para poder enseñar se requiere, previa y de manera continua, un aprendizaje.

 

Enseñar no nace de la nada, puesto que el maestro debe ser competente, no se aprende a enseñar sin el aprendizaje previo de lo que se quiere enseñar y de las competencias propias de la labor. Esto no implica rechazar el aprendizaje que atañe a la experiencia, sino que, per se, la labor del maestro requiere como mínimo de una capacitación previa. En este sentido, el autor afirma que el estudio, la capacitación permanente que los maestros se deben a sí mismos y a su labor, es una actividad donde la lectura es imprescindible, y aquí está su segunda relación “el acto de estudiar siempre implica el de leer” (Freire, 1993, p. 30). Cuando se intenta comprender al mundo, estudiarlo, se hace a través de la experiencia de lectura tanto de la palabra como del mundo.

 

Como la lectura es una actividad necesaria para la comprensión y el estudio que compete al maestro en su aprendizaje, también le compete en la enseñanza. El maestro que se ha formado críticamente como lector y aprendiz también formará en la lectura crítica del mundo y de la palabra. Aquí, la tercera relación que hace Freire: leer el mundo y leer la palabra, porque la comprensión requiere tanto del texto como del contexto, de lo concreto y de lo abstracto. 

 

Pero ¿a qué se refiere el autor con leer? Esta pregunta es válida siempre que se entienda que la palabra “leer” está llena de múltiples sentidos interpretativos. No obstante, el autor no la deja al azar o a la multiplicidad de caminos, y aclara que la lectura es un acto serio, exigente, difícil, creativo; pero, sobre todo, gratificante, que gira en torno a la comprensión. Leer es un desafío por el alcance cada vez mayor del entendimiento de la palabra y del mundo, porque la lectura se hace cada vez más profunda a medida que la comprensión y la palabra se pueden asociar con lo cotidiano.

 

En este sentido y continuando con las ideas de Freire, rechaza todo sentido simplista de la lectura y cualquier exceso de manierismos de la escritura que la lleve a la incomprensión.  Leer es un acto complejo que no debe ser excluido solo por su dificultad; además, puede ser instrumentalizado por una gran cantidad de elementos que permitan develar los sentidos cada vez más profundos de los textos. Por ejemplo, los diferentes diccionarios como herramientas facilitadoras, o la lectura comparativa como labor para la interpretación de las relaciones intertextuales de los escritos. Sin embargo, no se debe olvidar que cada texto tiene un nivel de dificultad equiparable a las capacidades y experiencias del lector, un nivel que puede ser mejorado, pues precisamente el acto mismo de leer es darse esa posibilidad cada vez mayor de conocer.

 

Finalmente, a la par que habla de la lectura, el autor establece otra relación indisoluble, otra urdimbre en este telar de ideas, esta es la escritura. Leer y escribir son procesos inseparables, primero porque cuando se está leyendo, se accede a un material que previamente ha pasado por la lógica y el acto de la escritura; segundo, porque el estudio, la preparación y la formación requieren de estos actos en conjunto. Desde niños, la lectura y la escritura parecen tomar caminos separados, no obstante, tanto la lectura como la escritura son necesidades cada vez mayores entre profesionales y maestros. Actividades que pueden enseñarse de manera cada vez más placentera, para que en el futuro sean actos naturales y no cargas de trabajo, actos propios de los estudiosos, de los lectores, de los aprendices, de los maestros.

 

En síntesis, como un buen tejedor de palabras y sentidos, Freire establece en su “Primera Carta” una base fundamental para maestros, a partir de la comprensión crítica de la enseñanza. Los hilos que tejen sus ideas ubican a la enseñanza en un vínculo con el aprendizaje: quien enseña aprende. Pero aprender es un acto disciplinado de estudio que no puede separarse de la lectura: aprender es en parte leer, leer el mundo y leer la palabra, leer el contexto y el texto. Por lo que, enseñar es también leer, leer la experiencia, leer el mundo, leer al aprendiz, leer los textos que nos acercan al mundo y al aprendiz. En este unir e hilar de comprensiones, la lectura, el estudio, la enseñanza y el aprendizaje, tampoco pueden separarse de la escritura. Leer y escribir para comprender el mundo, para estudiarlo, para enseñarlo, todo como alude Freire, ojalá siempre desde el placer y el goce, en la búsqueda de una mejor educación, de una mejor enseñanza.

 

Referencias

Freire, P. (1993). Cartas a quien pretende enseñar. Siglo XXI Editores: México. http://www.colegiodeprofesores.cl/wp-content/uploads/2017/06/Paulo-Freire.pdf



[1] Estudiante de la especialización en Pedagogía. Texto producto del seminario de problematización de la práctica trabajado con el profesor Bernardo Galindo.

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