domingo, 25 de febrero de 2024

Ensayos y artículos de reflexión 22

 

Ensayos y artículos de reflexión

 

EL PODER DE LA PALABRA HABLADA: EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA DE ESTANISLAO ZULETA.

 

 

Federico Vargas Quintero[1]

Deseas que se te pueda escuchar y que tus palabras sean leídas en voz alta. Después de que leíste varios capítulos del libro Educación y Democracia del maestro Estanislao Zuleta, quedas con el deseo de escribir en segunda persona, porque la primera no te convence, ya que es el llamamiento de un yo que propiamente no eres y la tercera, te distancia totalmente de la subjetividad; en cambio, la segunda, te permite que ubiques al lector en la escena, en el movimiento de lo que descubriste en la lectura.

Entras en el camino del conocimiento, entras en esa espiral vertiginosa que te desbalancea. El saber, sabes, no es un camino sencillo, porque finas espinas se incrustan en la piel en la medida que te aproximas a ese recorrido fatal. Fin del semestre, o casi, te desplazas en los vaivenes del mundo, cambios en tu vida personal te hacen padecer el desastre de no poder concentrarte. Sin embargo, tomas una pausa, respiras, te das un descanso y decides emprender la búsqueda de un pedagogo que oriente tu reflexión. Revisas rápidamente en las bases de datos, quieres encontrar un tinte filosófico en tu ejercicio de lectura, vas a uno, dos, tres artículos, reparas que en la bibliografía está el maestro Estanislao, te aproximas a su lectura.

Antes de leer, recuerdas que el maestro Estanislao no solía escribir y que, más bien, estaba en la línea de un Sócrates platónico que veía con “malos ojos” la escritura, ya que dicho ejercicio mal versaba la memoria. No dudas en comparar a aquellos personajes de la historia que se resistieron de algún modo a la escritura. El mismísimo Homero, autor de la Ilíada y  la Odisea, no escribió texto alguno, sus obras eran reproducidas en los llamados rapsodas, canticos que inundaban las plazas públicas de la antigua Grecia y que, instituyó en bellísimas palabras los atisbos de la arquitectura de la moral humana.

Al leer el capítulo Educación y Filosofía encuentras que el maestro entiende la educación como un problema que se mueve desde dos enfoques. Ves que en el primero, asegura que la educación es un proceso de formación y, en el segundo, hallas que se entiende a la educación como la transmisión de un saber adquirido. Ahora, enseñar como un proceso de formación – dice el maestro Zuleta- tiene que ver con una educación entendida en sentido clásico, siguiendo la tradición de la antigua Grecia, es decir, una formación vinculada con el amor hacia el saber. Mientras que, enseñar como un proceso de transmisión de un saber adquirido, tiene que ver con la transmisión - no de un saber- sino de la mera información. Este último enfoque, es el que promulga el sistema económico capitalista, porque parcializa el saber, lo simplifica y lo especializa, no permite en su asidero pensar el porqué, sino solo la reproducción de la información. En este lugar, el maestro Zuleta, se conecta perfectamente con el pensamiento de Freire, la educación no debe ser una educación bancaria, sino transformadora de la sociedad. Sigues y encuentras que el maestro dice:

Para Platón, tal como lo expone en El sofista, o del ser, el problema fundamental de la educación es combatir la ignorancia. La educación, en su formulación, no es un problema comparable para dar de comer a un hambriento, pues en ese caso el asunto sería muy sencillo de solucionar. EI verdadero problema es hacer salir a alguien de una "indigestión" para que pueda tener apetito, porque lo que impide el acceso al saber, lo que Platón llama la ignorancia, no es una carencia, sino por el contrario, un exceso de opiniones en las que tenemos una confianza loca. (Zuleta, 2010, p. 59)

Combatir la ignorancia, entiendes, es recorrer ese camino escarpado desde el fondo de la caverna hasta el camino de la episteme o la ciencia, tal como Platón lo ilustró en el libro VII de la República. Sin embargo, desmontar a las personas de la ignorancia, implica en primera medida no ser ignorante y ayudar a los otros a atravesar ese sendero escarpado. El camino de la opinión que a todos impulsa, pero el de la ciencia, es un camino complejo, difícil de recorrer y conducir a otros, es el reto.

Dicho esto, entiendes que el Maestro Zuleta, comprende que la educación debería ser un proceso orientado en la formación filosófica de la enseñanza, es decir, una educación que se piense el porqué de lo que se enseña. Por ejemplo, al enseñar matemáticas, ciencias o cualquiera que sea la asignatura, no se enseña propiamente un saber disciplinar, sino el complejo entramado histórico y filosófico que pasó la humanidad para llegar al concepto de número, de unidad o multiplicidad. El saber, no es - stricto sensu - un saber parcializado y  aislado, sino que tiene conexión directa con la complejidad del mundo. Entender que el mundo es complejo, hace que tanto el estudiante como el maestro, reflexionen sobre la carencia de saber que no se tiene. Es, justamente, esa carencia del saber, lo que funda la escena del deseo por el mismo. Enseñanza de Sócrates al reconocer que “saber que no se sabe” es lo que impulsa el saber mismo.

Una educación filosófica, dice el maestro Zuleta, es una educación que invita a pensar por sí mismos, tal cual como Platón menciona “En El Banquete, o del amor (…) al afirmar que el conocimiento no se trasmite de un hombre a otro como se transmite el agua de una copa a otra (…) sino que es necesario que cada cual encuentre el saber por sus propios medios” (Zuleta, 2010, p.60) El maestro Zuleta se conecta con el pensamiento moderno, tejiendo conexiones entre el pensamiento de los griegos, el renacimiento y las concepción Kantiana sobre la autonomía. El aprendizaje, por tanto, para el maestro no obedece en sentido estricto a un ritmo marcado por un tiempo específico, porque en la antigua Grecia, momento de claro esplendor del saber, la enseñanza ni el aprendizaje se calificaban, ni se medía, ni calculaba, sino que los ciudadanos libres de la ciudad aprendían por deseo y la comunidad, aprobaba y reconocía el ejercicio de filósofo y del ciudadano en su curiosidad con el saber. Esto, te das cuenta, plantea una problemática enorme para con el ejercicio del maestro: los tiempos y los ritmos del capital, no son los mismos en los que se mueve el saber.

Al revisar el capítulo La educación, un campo de combate encuentras que el maestro Zuleta, defiende que la educación, específicamente en el bachillerato, es una completa paradoja, porque va desde lo muy especializado hasta lo general, sin tener un parámetro de transición entre un elemento u otro. Las diferencias entre formación e información se siguen manejando en esta lectura. El maestro pensó estos horizontes en el plano de la escuela, porque encontraba que allí, la intimidación por parte de los maestros es el pan de cada día, asumir que el estudiante no sabe absolutamente nada y que, si bien puede opinar, no puede controvertir al maestro, es la expresión de un totalitarismo en el aula.

Comprendes entonces, que el dogmatismo no es buen amigo del saber ni de la enseñanza. La educación para el maestro Zuleta, tiene que ver con el hecho de tomar el ámbito de los intereses de los estudiantes y darles formas desde el saber. Dar forma, implica, si bien reconocer las múltiples representaciones que tienen los conceptos, implica llevarlos más allá de la representación. Por ejemplo, representar la célula en un tablero no implica reconocer el complejo sistema de esta, sino que implica ir más allá, al entender la función de la membrana celular y la funcionalidad que tiene tanto de alimentarse como de desechar los residuos. El concepto no es una representación, porque el plano del concepto es el que permite vislumbrar las múltiples diferencias que hay en el universo de lo empírico y del saber.

Al leer el texto de Zuleta, encuentras una reflexión profunda sobre la educación, porque se piensan las crisis en la que está la educación supeditada al sistema económico. Esto te         permite entender, porqué la educación de hoy y de los tiempos de Zuleta, reproduce un ejercicio de poder entre el maestro y el estudiante, donde el maestro impone su voluntad,  respecto del estudiante que pregunta. Leer al maestro Zuleta, implica reconocer que al ser maestro hay una responsabilidad enorme de transformación de la sociedad, ya que dicha  transformación no viene desde arriba, desde las altas esferas y de la política, sino de la acción                de los de abajo, de los que hacen del escenario del aula un espacio vivo donde confluye el saber, el respeto y la interrogación constante por el saber mismo.

Reconoces que leer, por tanto, al maestro Zuleta, es una invitación para seguir trabajando y explorando el mundo de la educación resistiéndose al sistema, pero quebrándolo desde adentro, desde el saber, desde el deseo evidenciado al dar cada clase. Hay una esperanza en la educación, pero este es un combate que seguirá indefinidamente. Seguirás en resistencia.

 

BIBLIOGRAFÍA

·         Zuleta, E (2010) Educación y democracia: un campo de combate. Editorial Omegalfa. Biblioteca Libre



[1] Estudiante de la especialización de la Universidad Pedagógica Nacional.

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