Reseña
Un maestro diferente, para la misma escuela: Reseña
sobre el maestro Ciruela de Fernando Almena.
Javier Arias[1]
Dentro de la formación que recibimos en la maestría nos encontramos con
diversos textos que son puestos por los profesores en aras de favorecer en
nosotros los estudiantes algún tipo de análisis y mostrar diferentes
perspectivas desde las cuales se puede abordar el tema educativo.
Muchos de esos textos nos muestran maneras divergentes de pensar la
escuela y el oficio del profesor, nos hacen evidente que la escuela tiene un
funcionamiento que no se corresponde ni con la época que se vive ni con los
estudiantes que la habitan, parece ser que el espacio escolar es un mundo que
no cambia o cambia poco.
Sin embargo, en medio de ese panorama quiero hablarles de un texto que
me llegó y me puso a pensar en aquellas acciones que yo como maestro puedo
emprender dentro de la escuela de manera diferente: El maestro Ciruela”[2]
en primer lugar quiero advertir que es un texto para jóvenes o niños si se
quiere, pero que a uno como maestro le viene bien leer, pues además de ser
agradable, sencillo y gracioso en lo que se cuenta del maestro Teófanes Ciruela
y sus vivencias dentro de la escuela, también se van entrelazando las historias
de sus estudiantes con ese cotidiano vivir dentro de la escuela.
Las salidas pedagógicas, el estudiante con problemas en casa, las
pruebas que han de aplicarse, etc, son algunas de las cosas que iremos viendo a
lo largo del texto y que de manera divergente irá resolviendo el maestro
protagonista de esta historia, sus desencuentros con el director, sus diálogos
con los padres y con los niños resultan enriquecedores, pues muestran la
importancia de diferenciarse dentro de esa máquina escolar, evidencia la
importancia de tener una postura frente a los hechos que diariamente ocurren en
el salón de clases, no se trataría de dar la clase, es mucho más lo que un
profesor hace, es dejar su vida y sus deseos en las vidas de sus estudiantes,
es jugársela por hacer del oficio un empeño cotidiano en el que se va la vida
de quien enseña.
Invitados pues a buscar el libro, a leerlo, disfrutarlo, pero sobre todo
a ponerse ese lente crítico que permite pensarse de manera distinta, no para
aislarse ni para creerse mejor, sino para jugarse la vida enseñando y mostrando
a sus estudiantes que es posible un mundo distinto.
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