Reseña
Sobre
el texto Débiles, anormales, higiénicos y civilizados: La medicalización de la
niñez escolarizada en Buenos Aires. (1884- 1945) Adrian Cammarota,2023
Stefano
Fiorentino[1]
En
este ejercicio historiográfico, el autor traslada al lector a una época donde
se puede evidenciar una preocupación institucional generalizada hacia asuntos
de salud pública en la escuela; preocupación que se materializó mediante la
normalización y la reglamentación concerniente al cuidado y a la regulación de
los cuerpos y la vida de los sujetos escolares. Gracias a la retrospección del
autor, se puede evidenciar una actriz institucional, como la directora de la
escuela, preocupada no solo por aspectos educativos de su institución, sino
también desvelada por el bienestar y la robustez física de sus alumnas. Este
caso ilustra de manera magistral la función higiénica y profiláctica de la
escuela a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. El proyecto modernizador
se presenta como un proyecto educativo, y la educación como una cruzada
biopolítica de medicalización; como un dispositivo de control que ejerce poder
sobre la vida y los cuerpos escolarizados.
A modo de introducción, Cammarota (2023), afirma que el
objetivo del libro es:
Rescatar un conjunto de sentidos, saberes, intervenciones y
practicas situadas que quizás hayan caído en el olvido, congregados por la
escuela pública en las primeras décadas del siglo XX, momento en el cual los
ciclos epidémicos clausuraban literalmente las escuelas imposibilitando la
escolaridad (...) (P. X).
Para
el desarrollo del texto introductorio, el autor asevera que las investigaciones
de historia de la educación suelen transitar por las siguientes preguntas
problema: ¿De qué manera la medicina y la pedagogía avanzaron en la
constitución de un saber especializado en el ámbito de la cultura escolar?;
¿Cómo transformó el sistema educativo a la sociedad a lo largo del siglo XX?; y
¿Cuáles fueron sus herramientas pedagógicas y normativas o las instancias de
formación que permitieron un proceso de medicalización en la escuela? Pero,
además de éstas, Cammarota, propone para su investigación otro
conjunto de interrogantes más específicos como, por ejemplo: ¿Qué implicaciones
tuvieron los conocimientos médicos y pedagógicos en la infancia escolarizada al
intentar construir cuerpos sanos e higiénicos?; ¿Cómo se consolidó el entramado
institucional de los organismos destinados a modernizar, higienizar y
medicalizar la escuela, y qué discusiones se produjeron en torno a ello?;
¿Quiénes eran los médicos que contribuyeron a instaurar este régimen
biopolítico y qué dificultades tuvieron que atravesar en su labor?; ¿Qué
sucedía frente a la conceptualización contrapuesta de lo débil versus lo
fuerte, lo normal frente a lo anormal y qué instrumentos se emplearon para
detectar o corregir estas anomalías?
Para
delimitar el punto de partida de su obra, Cammarota, cita la Ley de Educación
N.º 1420 de 1884 (enseñanza libre, gratuita y laica). Esta ley tenía la
particularidad de dirigir sus artículos y mandatos no solo a aspectos
intelectuales relacionados con la lectura, la escritura y la aritmética, sino
también a un entramado de estrategias de biopoder acordes a la higiene que
buscaron corregir aspectos digenésicos de la población infantil, las
enfermedades crónicas, la herencia perjudicial de comportamientos perniciosos y
la regulación general de las moralidades. Estas estrategias biopolíticas se
lograron mediante la medicalización del cuerpo social, diversas técnicas de
eugenesia bajo el concepto del mejoramiento de la raza, la vacunación
obligatoria, la pedagogía de la higiene, la puericultura, la enseñanza de la
ciencia y la razón, la educación física y la construcción de roles sexualizados
o una especie de moldes de sexo y género. Todo esto bajo, el fundamento de unos
discursos científicos propios del auge positivista que se vivía en la sociedad
occidental de esta época.
En
el apartado titulado "Industria, higiene y escuela", el autor
vislumbra los procesos de industrialización en la economía nacional argentina y
la consecuente higienización de las escuelas para solventar asuntos difíciles
del crecimiento demográfico, así como la creciente desigualdad de la sociedad
argentina a inicios del siglo XX. El desarrollo exacerbado y desigual del
capitalismo industrial trajo con si, una oleada de desafíos y dificultades para
las autoridades estatales y las elites locales. Algunos de estos problemas
tenían que ver con recurrentes pandemias, la concentración de focos infecciosos
como los barrios obreros, lugares de trabajo, escuelas y centros de reunión
social.
En
este contexto, la invención de la infancia jugó un papel determinante en las
políticas de medicalización de la escuela. Esto se debe a que el recién
descubierto infante representaba, por un lado, el futuro de la sociedad civil
dentro de un incipiente proyecto modernizador y de nación; y por otro, un
potencial ejercito industrial de reserva. Es decir, la infancia era el futuro
proletario de la Argentina y la fuerza misma de reproducción del capitalismo a
escala global. Así se puede entender cómo la historia de la infancia y la
historia de la educación están vinculadas estrechamente. Además, se puede
entender la educación como un proyecto modernizador y de nación, esencialmente
capitalista, republicano y burgués.
En
este orden de ideas el autor defiende la hipótesis de Foucault (1999) que,
... con el desarrollo del capitalismo no se pasó de una
medicina colectiva a una medicina privada, sino que, entre finales del siglo
XVIII e inicios del XIX, el cuerpo fue medicalizado para preservar la fuerza
productiva. Así, bajo el capitalismo lo preeminente era lo biológico subsumido
al amparo de la medicina transformada en una estrategia biopolítica (P. XV).
Para
avanzar, Cammarota se centra en las diferentes disciplinas o campos de saber
que se consideran como promotoras de la modernidad, particularmente, la
medicina, la pedagogía y la psiquiatría. Estas se encargaban de la producción y
circulación de saberes donde los expertos actúan algunas veces como
productores-exportadores y otras como receptores-importadores de saber y
siempre como generadores o reproductores de los discursos originados en esos
saberes. Vale aclarar que la mayoría de las fuentes históricas primarias que se
utilizan en la investigación de Cammarota provienen de este gremio disciplinar,
al igual que de legislaciones y documentos legales de la época.
Antes
de proceder al último apartado de la introducción, el autor ofrece un par de
definiciones que resultan clave para su acervo teórico y metodológico. Por un
lado, se define la medicalización escolar como “la estructuración de los
discursos, la aplicación de los instrumentos y los dispositivos que tendieron a
disciplinar los cuerpos, a demarcar la salud de la enfermedad, lo normal de lo
patológico, para mejorar el estado sanitario de las niñeces referenciadas en la
escuela pública” (Cammarota, 2023). Y, por otro lado, se definen las
disciplinas como ese conjunto de “técnicas que tienen por objeto y resultado
individuos singularizados; donde a través del examen, la vigilancia y la
clasificación se logra medirlos, localizarlos y distribuirlos socialmente transformando,
de este modo, la individualidad en un elemento para el ejercicio del poder”
(Cammarota, 2023).
El
último apartado se titula “Investigaciones” y da cuenta de un riguroso Estado
del Arte del problema de investigación que se propone el autor. En este apartado el autor comparte una serie considerable
de investigaciones recientes en el campo de la medicalización escolar.
Muchos de estos trabajos son propios de la historia social, otros provienen de
abordajes culturales (Nueva Historia Cultural, estudios culturales, etc.) y
algunos son estudios realizados desde las perspectivas de género.
Para
finalizar, se comparte la que podría considerarse la tesis central del autor en
este texto. El proceso de medicalización de la escuela no fue un proceso
lineal, al contrario, fue un proceso heterogéneo en donde convergían tensiones
de diferentes practicas discursivas provenientes de diversas disciplinas
profesionales que buscaban legitimación, en su búsqueda por instaurar un
régimen que fuese funcional al proyecto modernizador de la Republica de la
Argentina. Por consiguiente, Cammarota, afirma que la medicalización de la
escuela debe entenderse desde la variada agenda de las elites estatales por
instaurar este régimen. Adicionalmente, y en cuanto a la medicalización misma,
se entiende que la educación a inicios del siglo XX fue sinónimo de higienización
y de medicalización. Es decir, más que educar, la escuela buscaba higienizar y
medicalizar a los sujetos escolares.
Cammarota, A. (2023). Débiles,
anormales, higiénicos y civilizados. La medicalización de la niñez escolarizada
en Buenos Aires (1884-1945). Buenos Aires: Imago Mundi. (Introducción)
[1] Estudiante de la Maestría en Educación de la Universidad Pedagógica
Nacional. Texto presentado para el seminario intensivo sobre La historia de la
educación y la salud escolar en Colombia y Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario